El lienzo es un claro exponente del espíritu romántico y de la pasión por la naturaleza, cuyo misterio íntimo exalta las fibras de la sensibilidad de quien la contempla. Los grandes espectáculos que ofrece son capaces de sugerir la existencia de una fuerza superior, de una presencia divina, que sobrecoge el espíritu, además de permitir al hombre descubrir su tragedia personal en la tragedia del paisaje.
(Kunsthalle, Hamburgo).
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.