Longhi
debe su gran celebridad a
cuadros pequeños donde
muestra con grata ironía la
vida cotidiana de la Venecia
del siglo XVIII. En esta
simpática escena, el perrito
faldero parece ser el único
que presta atención a los
músicos, mientras dos abates
y un monje juegan una
La escuela veneciana
partida de naipes ignorando
por completo al conjunto.
El tono despreocupado
de las reuniones y la
agradable atmósfera que
se creaba en aquellos salones
fue expresado por
Longhi con un fino sentido
del humor y con menos
encorsetamiento y artificio
que los pintores franceses
de la misma época.
(Gallería deii'Accademia, Venecia)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.