El nombre lo recibe por las estatuas que adornan uno de los lados del recinto, que corresponden a seis reyes de Judea: Josías, Manasés, David, Salomón, Josafat y Ezequías. Las esculturas son obra de Monegro y las coronas y cetros de bronce se deben al escultor Sebastián Fernández. Al patio se accede por la portada principal del monasterio.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.