Malevich fue uno de los puntales de la vanguardia rusa
surgida tras la Revolución y un decidido promotor de la democratización de la
cultura. Esta pintura de 1921 sería censurada posteriormente cuando el régimen
soviético impuso el arte realista como parte de un programa político de
expansión didáctica, por lo que Malevich se vio obligado a pintar obras de tipo
más figurativo. Como último acto de rebeldía contra el sistema totalitario
gubernamental, se entretendría en decorar el interior del ataúd con que iban a
enterrarle cuando muriese, utilizando composiciones suprematistas abstractas
como la de este cuadro, con una alegórica cruz en el centro.
(Stedelijk Museum, Amsterdam)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
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