Hasta 1926, la obra de este pintor pudo considerarse como
la de un naif, pero fue precisamente a partir de 1928, año en el que conoció a
Breton, cuando surgió su estilo personal, lleno de misterio. Estas formas
extrañas parecen sumergidas en un océano fantástico, en una atmósfera submarina
que Tanguy explotaría pacientemente hasta 1930.
(Galería Pierre Matisse, Nueva York)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat
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