Pintado en plena efervescencia del collage cubista, Picasso pintó este bodegón en el que busca la representación unitaria de los objetos, no ya diluidos en la estructuración geométrica del espacio, sino destacándolos sobre el fondo. Para ello, el autor divide las diversas partes del lienzo con bandas verticales de colores muy contrastados que enmarcan los objetos consiguiendo una cohesión interna más homogénea con respecto a la configuración total del cuadro.
(Museo Nacional de Arte Moderno, París)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.