La catedral recortada al fondo del paisaje realza las
formas, interrumpiendo el tramo de árboles en el lado derecho del cuadro y
cerrando la perspectiva del cielo invirtiendo un triángulo sobre el tejado de
la catedral, conduciendo así la mirada del espectador hacia un punto de fuga
creado artificiosamente. Los colores casan plácidamente con la sensación de
tranquilidad campestre de la escena.
(Museo Nacional de Arte Moderno, París)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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