En sus paisajes, Le Fauconnier trabajaba sobre todo los
volúmenes de las formas, contrastando vivos colores para dar fondo al cuadro y
sensación de perspectiva. La exacerbada intelectualización de los cubistas cede
aquí para naturalizar más el paisaje de suaves formas con pinceladas gruesas,
más espontáneas y sueltas y menos preocupadas por el detalle.
(Museo del Ermitage, San Petersburgo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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