Esta obra, de 1894, pertenece al primer período
de este artista, en que pintó sobre todo cuadros de tonalidades claras y
brillantes, algunos influidos por el arte de las estampas japonesas. Más tarde,
sus lienzos adoptaron tonos más oscuros, con el predominio de los grises.
(Musée d'Orsay, París)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.