Punto al Arte

Museos Vaticanos

ViaJe Vaticano - 11165.
00120 Ciudad del Vaticano.
Tel: (+0039) 06 69884947.

Vista de los Museos Vaticanos desde la cúpula de San Pedro.
Los Museos Vaticanos nacieron con una pequeña colección privada de esculturas perteneciente a Julio 11 (15031513) situada en el llamado "Patio de las Estatuas del Belvedere" hoy llamado "Patio Octágono". Los papas fueron los primeros soberanos que pusieron sus colecciones de arte y sus palacios a disposición de la cultura y del público. Los Museos Vaticanos y las Galerías Pontificias son creados durante los pontificados de Clemente XIV (1769-1774) y Pío VI (1775-1799), por esta razón los museos toman el nombre de museo Pio-Ciementino. Más tarde Pío Vil (1800-1823) amplió notablemente las colecciones de Antigüedades Clásicas, añadiendo el Museo Chiaromonti y el Brazo Nuevo, y enriqueció la Colección Epigráfica situada en la Galería Lapidaria.

Sala Redonda del museo Pio-Ciementino.

Los museos que componen el conjunto son:

a) Museo Gregoriano Egipcio, fundado bajo iniciativa del Papa Gregario XVI en 1839, reúne monumentos y restos del antiguo Egipto, en parte procedentes de Roma y Villa Adriana;

b) Museo Gregoriano Etrusco, fundado por el Papa Gregario XVI en 1837, reúne preferentemente objetos que a partir de 1828 fueron hallados en las excavaciones de las antiguas ciudades de la Etruria meridional (actualmente Lacio septentrional), y en aquel entonces incluidas en el Estado Pontificio;

c) Pinacoteca, creada en 1932 según los deseos y las directrices de Pío XI, incluye algunas obras maestras de los mayores artistas de la historia de la pintura italiana, de Giotto al Beato Angélico, de Melozzo da Forll al Perugino y a Rafael, de Leonardo a Tiziano, el Veronés, Caravaggio y Crespi;

d) Museo Misionero-Etnológico, el núcleo original de la colección, de unas 40.000 obras, fue seleccionado por una comisión especial entre 100.000 objetos procedentes de todo el mundo, ofrecidos al Papa por partículares, misiones y 400 Diócesis para la gran Exposición de 1925;

e) Palacios Pontificios (incluidos en la visita de los Museos Vaticanos) compuestos de: Palacete del Belvedere, Galerías superiores (de los Candelabros, de los Tapices, de las Cartas Geográficas), Aposentos de San Pío V, Sala della Dame, Sala de la Inmaculada, Estancias Vaticanas, Sala de los Claroscuros, Capilla Nicolina, Capilla de Urbano VIII, Capilla Sixtina, Apartamentos Borja, Salón Sixtino, Sala de las Bodas Aldobrandinas, Galerías inferiores (Galería de Urbano VIII, Sala Alejandrina, Galería Clementina).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

El sueño del niño Jesús de Bernardino Luini


El gesto lánguido de los personajes es una de las características de los cuadros de este pintor, que fue uno de los discípulos de Leonardo. 

 (Musée du Louvre, París). 
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

La Madona del Rosal de Bernardino Luini


La técnica impecable de este discípulo de Leonardo, la gracia original que pone en sus fondos, como este rosal emparrado, la ingenuidad de las figuras tratadas con colores que brillan a la luz, hacen de este artista el máximo representante del Renacimiento lombardo del siglo XVI.

(Pinacoteca Brera, Milán)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Caridad Romana de Bernardino Luini


Obra alegórica, de encantadora ingenuidad, que ejemplifica la aportación de este pintor lombardo, gran colorista, entregado de una forma fundamental a la temática religiosa, a un asunto romano: la hija que alimenta a su padre prisionero. 

(Museo Stibbert, Florencia)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Los palacios romanos

Con la presencia de León Bautista Alberti en Roma, y atraídos por los papas humanistas, otros arquitectos de Florencia fueron a la Ciudad Eterna a construir según el estilo del Renacimiento toscano. Sin embargo, allí el estilo nuevo se manifestó enseguida con un carácter local bien acentuado; las ruinas de los edificios civiles romanos ofrecían modelos de fachadas y de disposición de conjunto que no podían encontrarse en Florencia. El más caracterizado edificio del siglo XV en Roma es el llamado hoy Palacio de la Cancillería, construido hacia 1485 para residencia del cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV; cuyo nombre se ve en el friso que corre por el centro de la fachada. Se ha supuesto que este edificio sería obra de Bramante.

Palacio Rucellai de Bernardo Rosellino, en Florencia. Rosellino inició esta obra en 1446 siguiendo los dibujos y los planos de León Bautista Alberti. El extraordinario ritmo de la fachada se ha conseguido gracias a la superposición de los órdenes clásicos: pilastras dóricas en la planta baja, jónicas en el primer piso y corintias en el segundo. La cornisa que remata la fachada es anterior a la del Palacio Medici-Riccardi; se trata en realidad de la primera cornisa que en Florencia sustituyó el alero medieval. 

Sin embargo, es fácil que el maestro director fuese un florentino, discípulo de Alberti, porque en la disposición de la fachada se ve como una traducción toscana de la superposición de pisos del anfiteatro o Colosseo y en la decoración aparece muy claramente el estilo florentino cuatrocentista. No obstante, este palacio se diferencia del Rucellai de Florencia porque en la fachada de la planta baja no hay pilastras empotradas, y las que aparecen en los otros dos pisos no están colocadas a intervalos regulares, sino alternando los espacios anchos ocupados por las ventanas con otros ciegos más estrechos.

Patio interior del Palacio de la Cancillería, en Roma, llamado también del Cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV. Fue realizado hacia 1485 probablemente por Bramante, aunque otros se lo atribuyen a un discípulo florentino de Alberti cuyo nombre se desconoce. Su fachada, florentina por los elementos decorativos, se diferencia mucho de la del Palacio Rucellai por la carencia total de pilastras empotradas en la planta baja y por los anchos espacios lisos que separan las ventanas.

Otro palacio romano de la misma época, o un poco anterior, es el llamado de Venecia, porque en él residió después el embajador veneciano, pero lo hizo construir el cardenal Barbo, y es obra, según dice Vasari, del florentino Giuliano da Maiano. El exterior parece de un gran alcázar medieval; en cambio, el patio tiene una sobriedad clásica tan romana, de líneas tan puras, que resulta una profecía del estilo que un siglo después fue característico del renacimiento romano, inspirado aún más directamente en los edificios antiguos. La imitación de los órdenes superpuestos del teatro de Marcelo es evidente en este patio rodeado por columnas adosadas a sólidos pilares de sección cuadrada. Estos pilares con columnas adosadas separan en cada piso los arcos de aquel patio, el cual es, no obstante, muy florentino.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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