Punto al Arte: Obras góticas
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Lonjas de mar y pórticos abiertos

Detalle de la fachada de la Lonja de Valencia o Lonja de la Seda, edificada por Pere Compte entre 1482 y 1498. 
Monumentos peculiares de las ciudades de la Corona de Aragón son las lonjas de mar, edificios destinados a la contratación mercantil y administración de justicia en los pleitos marítimos.Tres lonjas se conservan aún casi intactas: las de Valencia, Mallorca y Perpiñán; de la de Barcelona, construida en 1380-1392 por Pere Arvey, sólo queda su vasto salón principal, englobado en el actual edificio neoclásico; la de Mallorca, obra de Guillem Sagrera, iniciada en 1426, conserva en su fachada todo el sello típico del estilo racial; la de Valencia, realizada a fines del siglo XV por Pere Compte, es una impresionante monumentalización de estas salas de reunión góticas.

Otra lonja de este tipo debió de existir en Mesina, de la que aún se conservaba la capilla anterior al terremoto. Las lonjas de mar venían a ser lo que las antiguas basílicas de la época romana: una vasta sala con columnas para el público y algunas dependencias menores para el tribunal y los oficiales.

Además de estos edificios especiales para los mercaderes y armadores, abundaban en las ciudades catalanas los pórticos abiertos, lugares de reunión y contratación, parajes semipúblicos que estaban bajo la custodia de algún convento o cofradía. En Barcelona, el más importante de estos pórticos, decorado con pinturas, se hallaba al lado del palacio del Consejo Municipal y fue destruido al abrir la actual plaza de San Jaime. Otro existe aún delante de la iglesia de San Antonio, con tres crujías o naves góticas abiertas en la calle; otra logia o pórtico análogo se conserva todavía en Alcañiz.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Notre-Dame de París


Tanto por su situación, en la Île de la Cité, en pleno corazón de París, como por las referencias culturales y literarias que ha generado, Notre-Dame es probablemente la catedral gótica más famosa del mundo. El obispo Maurice de Sully fue quien puso la primera piedra y, aunque el presbiterio fue consagrado en 1182, la nave no se concluyó hasta 1250. Más tarde los arquitectos Pierre de Montreuil y Jean de Chelles realizaron las fachadas norte y sur del transepto.

Notre-Dame es un magnífico exponente de la mentalidad medieval y de los logros alcanzados en el campo de la arquitectura. Se trata de un edificio de una majestuosidad y elegancia acordes a la capital monárquica, cuya bóveda del coro, con una altura de 33 metros, es la mayor de las construidas hasta la fecha. Una vez comenzados los trabajos en la nave principal, se decidió aumentar su altura dos metros más: para fortalecer el sistema de resistencia frente el peso de la bóveda principal se recurrió a los característicos arbotantes exteriores de la arquitectura gótica.

Entre los primeros ejemplos de la nueva tendencia arquitectónica, la catedral presenta aún la tendencia románica de ilustrar mediante la solidez y el volumen el poder divino que postulaba la institución religiosa. En la fachada occidental se intenta equilibrar la verticalidad de las dos torres, que se corresponden con las dobles naves laterales del templo, con la horizontalidad de las bandas y las galerías decoradas.

Era en la torre sur donde se encontraba la legendaria campana del siglo XV, que fue fundida y vuelta a vaciar en 1686, según cuenta la leyenda, con oro y piedras preciosas, de ahí la claridad de su tañido. El pórtico central está consagrado a Cristo, cuya figura aparece en el parteluz, rodeado en las jambas por sus doce apóstoles. Cristo está representado en el tímpano, y en el dintel el Juicio Final y la Resurrección.

La nave se encuentra rodeada de vidrieras gracias a su bóveda de crucería -concentrándose las cargas en los pilares como puntos concretos-, lo que permite que la luz penetre por los laterales. Sin embargo, dada la altura de la nave, la relativa delgadez de sus muros exigió la construcción de los contrafuertes exteriores que se intercalan entre las vidrieras para contrarrestar el empuje lateral ejercido por la bóveda. El transepto de la catedral es muy corto, y no sobrepasa la alineación de la nave lateral extrema.

Con el perfeccionamiento de la arquitectura gótica, en el siglo XIII se ampliaron las ventanas del claristorio y se consiguió aumentar la entrada de luz natural al interior de la catedral.

Los brazos superiores de los arbotantes que sujetan la girola estabilizan el muro interior contrarrestando la presión de las bóvedas, y los brazos inferiores sujetan los muros exteriores. Las tallas y esculturas con que se encuentra decorado el edificio representan elementos vegetales, animales y fantásticos.

Parte de la decoración fue transformada en el siglo XIX por la restauración del arquitecto Viollet-le-Duc, quien sustituyó también al chapitel sobre el crucero, de 96 metros de altura, que había sido destruido durante la Revolución francesa.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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