Punto al Arte: Pintura inglesa posromántica. Los prerrafaelistas

Pintura inglesa posromántica. Los prerrafaelistas

Cuando se habló en este mismo volumen de la pintura del siglo XVIII en Gran Bretaña, se señaló la actitud plenamente romántica del británico Turner así como la trascendencia que para la pintura romántica francesa adquirió, pese a su corta duración, la actividad pictórica de Bonington, quien -según vimos- fue amigo del gran pintor Delacroix.

El herrador, de sir Edwin Landseer (Tate Britain, 
Londres). Su autor es uno  de los principales ex-
ponentes de la pintura realista romántica que bar-
rió el continente europeo desde Alemania hasta 
España. Su fama fue tal que incluso dio nombre 
al terranova de manchas blancas y negras.

Otros pintores británicos que brillaron durante la primera mitad del siglo pasado debieran haber retenido allí nuestra atención. Son maestros importantes, aunque, en general, permanecen ignorados fuera de Gran Bretaña, y tampoco, ciertamente, se habla mucho de ellos allí. Su producción es una clara prueba de cómo se había interpretado el calor romántico en la pintura insular. Su estilo no es arrebatado, como pudiera ser el de Delacroix o Géricault, sino que parece más bien complacerse en la evocación de aspectos placenteros. Estos pintores fueron, en primer término, Benjamin Robert Haydon (1786-1846), artista de vida azarosa y que se suicidó al ver rechazados los bocetos con que había concursado para la decoración del Palacio del Parlamento, y también el escocés DavidWilkie (1781-1841), intenso cultivador de escenas costumbristas y vida mucho menos atormentada.

Elecciones en ambiente rural, de William Hogarth (Tate Britain, Londres). El siglo XVIII fue una época de una gran inestabilidad política en Inglaterra. Muchos poetas como Wordsworth, Keats o Browning dedicaron innumerables versos satíricos a las corruptelas de sus gobernantes, mientras que artistas como Hogarth hicieron uso de la metáfora costumbrista para retratar la retorcida conciencia humana del momento. Reincidió en el tema de las elecciones populares en varias ocasiones, como en Visita del candidato o El triunfo, ambas de 1754. 

De Haydon son dignos de mención dos grandes lienzos sobre temas de costumbres, pintados con impulsiva fogosidad y viva policromía, y que se hallan en la Tate Britain de Londres; uno de ellos reproduce una escena de elecciones en un ambiente rural, apasionadamente tumultuoso. El otro, titulado Punch (o La Feria de Mayo), es una alegre evocación callejera, llena de sugestión y gracejo.

El tocado escocés, de sir David Wilkie (Wallace Collection, Londres). Sin abandonar del todo la tradición de Hogarth, Wilkie supo crear un ambiente interior en el que la malicia y la picardía del tema se convierten en ingredientes plenamente románticos . Quizá arrepentido por sus cuadros más críticos e irreverentes, se especializó al final de su vida en la pintura histórica y religiosa, hasta el punto de fallecer de viaje a Tierra Santa, siendo arrojado su cadáver al mar. 

Así pues, hubo también en la pintura de Gran Bretaña, una corriente peculiar, dentro de la dirección romántica, que en gran parte recogió directrices propias de la anterior pintura de género. Pero a mediados de siglo todo ello había experimentado un gran cambio, entonces domina la pintura dulzona sobre temas agradables, cuyas mejores obras son los cuadros de animales de E. H. Landseer (1802 -1873) o los lienzos de W. P. Frith (1819-1909).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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