Santo Domingo presidiendo el Tribunal de la Inquisición de Pedro Berruguete


La vivacidad de la escena, en la que no falta detalle, hace de esta tabla una de las obras más populares del pintor naturalista, a quien repugnaba lo espeluznante. Al describir este episodio de la vida del santo, Pedro Berruguete rehuye el tremendismo y reconstruye la anécdota buscando efectos de perspectiva y una comedida contención en rostros y actitudes de cuantos intervienen en la terrible escena de la muerte en la hoguera de dos herejes. 

Museo del Prado, Madrid

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat. 

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