Punto al Arte: La arquitectura postmoderna

La arquitectura postmoderna

Durante la década de 1950 las obras de Le Corbusier y Mies van der Rohe no dejaron demasiado margen para la renovación creativa del lenguaje arquitectónico. Las dos fórmulas arquitectónicas combatían estérilmente. Tratando de superar esta disputa surgió la que se dio en llamar" tercera generación" de la arquitectura moderna.

El término hace referencia a una primera generación que había sido la del purismo de la década de 1920, y a otra, la segunda, constituida por los partidarios del empirismo y de la llamada arquitectura orgánica. El m ensaje de Frank Lloyd Wright (junto con el de Hans Scharoun o Alvar Aalto) inspiró profundamente esta tercera generación por su condena de la arquitectura objeto y por su persistente búsqueda de significación de la forma, poniendo en tela de juicio el es tilo oficial del funcionalismo, del estilo internacional.


Portland Building de Michael Graves (Port-
land, Oregón). Proyectado en 1980 por es-

te arquitecto, el edificio es el intento de res-

catar o reinterpretar el lenguaje clásico de 

a arquitectura. 
La problemática del estilo internacional, planteada en la década de 1930 a través del movimiento empirista, debía ampliarse, y culminó durante la de 1960 en una especie de fragmentación del movimiento moderno, que abría inevitablemente múltiples vías de reflexión. Los arquitectos de la década de 1960 trataban de reducir el antagonismo ideológico entre tecnologismo y brutalismo, y de separar las obras de Mies van der Ro he y Le Corbusier de las etiquetas que se les había puesto, más preocupados por alentar una vía para restablecer la jerarquía correcta en los programas arquitectónicos, y por consiguiente en las estructuras urbanas. Las prometedoras nuevas fórmulas urbanas de la modernidad sólo habían provocado la desintegración de la estructura urbana, y era preciso reconsiderar la cuestión del" organismo urbano" estableciendo las prioridades. La resolución de esta cuestión era urgente, ya que el desarrollo espectacular en la década de 1960 transformaba cada día con mayor rapidez el entorno urbano.


Interior del Palacio de los Deportes de Roma de Pier Luigi Nervi (Roma). Este destacado arquitecto italiano desarrolló una importante arquitectura de hormigón armado continuadora de la tradición técnica francesa. El edificio, construido en 1960, presenta una cúpula de superficies ondulantes realizada mediante un sistema de prefabricación inventado por Nervi. Los nuevos procedimientos técnicos de pretensado hidráulico del hormigón permitieron construir estructuras más económicas y de gran originalidad. 


Edificio de Congresos de Oscar Niemeyer (Brasilia). Construido en 1960, en esta ciudad planificada, Niemeyer alcanzó el punto culminante de su carrera, al proyectar todos los edificios públicos importantes, expresando el contenido simbólico de cada uno de ellos mediante las posibilidades plásticas y estructurales del hormigón armado, en la línea iniciada por Le Corbusier. Creó nuevas soluciones de aparente sencillez y gran belleza, fruto de su inagotable capacidad de imaginación 



Ante los inmensos rascacielos era necesario hallar una nueva fórmula de individualización de la obra arquitectónica: reducir las dimensiones, aislar el edificio mediante espacios verdes, enriquecer las formas y los perfiles, lograr originalidad estilística. De este modo, se acuñó un estilo de diseño formalmente distinto al de la arquitectura corriente: la curva y el movimiento frente a la ortogonalidad. En este nuevo planteamiento conocieron un éxito extraordinario las estructuras que Pier Luigi Nervi diseñaba desde hacía treinta años, así como el lirismo de algunas realizaciones de Alvar Aalto, o el estilo dinámico de Hans Scharoun. Esta nueva promoción de la arquitectura ofrecía grandes opciones de expresión individual, tal como la desarrollaron algunos arquitectos desde finales de la década de 1950. Es el caso de Oscar Niemeyer, Kenzo Tange o Luis l. Kahn.

Oscar Niemeyer fue el introductor de las ideas del movimiento moderno en Brasil y autor del ambicioso proyecto de la nueva ciudad de Brasilia, sede del gobierno a partir de 1960. La obra de este arquitecto muestra una continua preocupación por las posibilidades plásticas y estructurales del hormigón armado, siguiendo la influencia de Le Corbusier, por encima de las consideraciones funcionales o maquinistas presentes muy a menudo en las obras de sus contemporáneos.


Catedral de Santa María de Kenzo Tange (Tokio). Antes de proyectar esta catedral, Tange visitó variaf catedrales góticas europeas y tras observar los grandes espacios y las torres apuntando hacia el cielo, el arquitecto concibió la catedral con grandes espacios diseñados según el estilo moderno. 

Kenzo Tange, destacado discípulo de Le Corbusier, simboliza la nueva arquitectura japonesa en la década de 1960, en la que se concilian las formas inclinadas de la tradición japonesa con el uso de tecnologías avanzadas. Los dos palacios de deportes construidos por Tange para los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964, presentan una singular cubierta sostenida por dos pilares de hormigón armado a modo de recios mástiles; la comunicación peatonal entre uno y otro estadio se realiza a través de plataformas y pasarelas por encima del tráfico rodado.

La experiencia arquitectónica desarrollada por Luis I. Kahn a partir de 1951, cuando empieza a realizar su obra personal en plena madurez y bajo unas ideas arquitectónicas realmente singulares, plantea una total inversión del funcionalismo. Kahn empezó a intervenir en el panorama de la arquitectura internacional cuando ya se había manifestado claramente la crisis del movimiento moderno. Kahn busca un orden concreto que genere la totalidad del edificio, tanto en planta, como en volumen y aberturas; en la Unitarian Church (1959-1967), la geometría se organiza en torno del espacio central de la capilla. Construye sabiendo que cada material tiene su propia lógica constructiva: el ladrillo el arco, o el hormigón el arquitrabe, y que cada pieza debe tener su forma autónoma, integrándose en el edificio de manera ordenada y unitaria, como puede apreciarse en el edificio de la Asamblea Nacional de Dacca (Bangladesh).


Kimbell Art Museum de Louis l. Kahn (Fort Worth). En la década de 1960, la arquitectura de este autor alcanza su máxima cota creativa desarrollando un vocabulario formal de convincente funcionalidad y belleza. 


Marina City de Bertrand Goldberg (Chicago). Rascacielos en forma de torres cilíndricas realizado en 1964. Situado a orillas del río, este edificio multifuncional alberga apartamentos, zona de aparcamiento y un gran teatro. Fuertemente influido por Wright y el organicismo, este arquitecto experimenta nuevas tecnologías que le permiten aunar belleza y monumentalidad, plasticidad en el uso de elementos prefabricados y seguridad en una estructura a prueba de fuego. 

El esfuerzo compartido por estos arquitectos para reestructurar el ámbito de la arquitectura iba a culminar en uno de los monumentos más significativos del siglo XX, la Opera de Sydney, en Australia, edificio diseñado por el danés Jørn Utzon en 1956. En este caso, al aprovechamiento de un hermosísimo paraje a la orilla del mar no sólo se unió el lirismo del diseño, sino también una racionalidad técnica rigurosa, gracias a la cual los grandes luquetes en voladizo pudieron ser enteramente prefabricados. Fascinado por la obra de Gaudí, Utzon trató de lograr esa fusión casi imposible entre espacio poético, forma sobria y tecnología audaz, una ambición de síntesis extremadamente atrevida para su época; quizás éste fue el motivo de que el arquitecto abandonara las obras antes de su terminación, molesto por las disputas internas que surgieron.

También ejemplo de la preocupación de los nuevos arquitectos hacia los problemas de la continuidad de las vanguardias, en el marco de la inevitable renovación de sus planteamientos, la obra del holandés Aldo van Eyck forja una fuerte personalidad, en la que confluyen vanguardia, elementos folclóricos y una gran sensibilidad hacia las necesidades humanas. A partir de la década de 1960, Van Eyck proyectó sus obras más notables: el Orfelinato de las afueras de Amsterdam (195 7 -1960) y una iglesia católica en La Haya (1968-1970).


Teatro de la Opera de Jørn Utzon (Sydney). Proyecto de 1956 de este arquitecto danés, que, por su atrevimiento formal y sus soluciones constructivas, se ha convertido en una obra emblemática para los arquitectos de la denominada "tercera generación". 


Edificio de la American Telephone & Telegraph de Philip Johnson y John Burgee (en Madison Avenue, Nueva York). Construido entre 1978 y 1983 utilizando referencias "clásicas" -el frontón roto de la cúspide o el arco de la entrada, y su fachada de granito rosado-, como rechazo a las fórmulas del rascacielos a modo de caja de cristal. La recreación de lenguajes tradicionales se combina con el uso de tecnologías avanzadas. 

A lo largo de toda la década de 1960, la arquitectura de esta llamada "tercera generación" llevó a cabo un paulatino abandono del paradigma de la máquina, revisando cuestiones esencialmente formales, y defendiendo la necesidad de una mayor diversidad de modelos morfológicos adecuados a la diversidad de situaciones socioculturales. La obra arquitectónica y teórica de los británicos Alisan y Peter Smithson ha sido básica para la renovación del repertorio formal de la arquitectura a partir de esta década. La escuela secundaria en Hunstanton, Norfolk, realizada entre 1949 y 1954, cita a Mies van der Rohe en la volumetría general y los detalles, a la vez que manifiesta la nueva corriente del new brutalism, especialmente en el tratamiento directo de los materiales y las instalaciones.

La fragmentación del movimiento moderno era ya un hecho incuestionable. Siguiendo el ideario de Wright, se enfatiza la importancia de la arquitectura con su entorno, ya no sólo como entorno geográfico, sino también entendido como entorno cultural de determinada historia o incluso de determinada herencia psíquica.


Pacific Design Center de Cesar Pelli (Los Angeles). Sede del Museo de Arte Contemporáneo de esta ciudad, en 1975 se inauguró en Center Blue y en 1988, el Center Green. Los dos centros están conectados en las plantas primera, tercera y sexta, éstas últimas unidas por un puente peatonal diseñado por Gruen Associates, que se inauguró en 1991. En sus salas de exposición se exhiben todo tipo de productos de interiorismo destinado a arquitectos, diseñadores, interioristas, instaladores, decoradores y comerciantes. 


National Gallery of Art de l. M. Pei (Washington). El edificio Este se inauguró en 1978 en respuesta a las necesidades del museo, y la forma trapezoidal del terreno impulsó al arquitecto a concebir un edificio espectacular: dos espacios entrelazados de forma triangular albergan las salas de exposición, el auditorio y las oficinas administrativas. Aunque las formas triangulares contrastan definitivamente con la fachada clásica y la bóveda del edificio Oeste, ambas estructuras están construidas con el mismo mármol rosa de Tennessee

Fruto de la aplicación en los distintos ámbitos culturales de los principios generales y utópicos del movimiento moderno abundan las escuelas locales: el new empirism en los países nórdicos; el bay region style en California; el new brutalism entre los británicos; el estilo alpino en Lucerna; el neorrealismo en Roma; el neoliberty en Milán, y la Escuela de Barcelona en Cataluña. Las posturas teóricas se definen distinguiendo tres tendencias concretas. En primer lugar, la tendencia hipertecnológica, cuyo objetivo es una arquitectura de alta tecnología y valores utópicos: Archigram, James Stirling o Norman Foster. En el ámbito italiano aparece una generación de arquitectos -Aldo Rossi, Giorgio Grassi o Vittorio Gregotti- que defienden una visión histórica y cultural de la arquitectura. Un nuevo centro de gravedad, en las postrimerías del siglo, se sitúa en el dominio americano, cuyos arquitectos saben aunar calidad e innovación con pragmatismo y comercialidad; por un lado, los más productivistas -Venturi, el grupo SOM (Skidmore, Owing & Merrill), Kevin Rache, Philip Johnson y John Burgee, Charles Moore, Cesar Pelli, o I. M. Pei-, y junto a ellos, los arquitectos neoyorquinos del denominado New York Five -Michael Graves, Richard Meier, Peter Eisenman, John Hejduk y Charles Gwathmey & Robert Siegel-, seguidores del lenguaje de las vanguardias, en especial Le Corbusier, Terragni y el grupo De Stijl. Todos ellos participan en la evolución más significativa de las últimas tendencias de la arquitectura postrnoderna, desarrollada a partir de la década de 1970, y analizada y teorizada en los escritos de Charles Jenks, El lenguaje de la arquitectura postmoderna (1977), y Paolo Portoghesi, Después de la arquitectura moderna (1980), responsable de la exposición guía de la arquitectura postrnoderna,"La Strada Novissima", en la Bienal de Venecia de 1980.

Las Torres Blancas de Francisco Javier Sáenz de Oiza (Madrid). Edificio construido entre 1964 y 1969 que, a pesar de su nombre, está constituido por una sola torre de 71 metros y no es blanca sino gris, de hormigón visto. El arquitecto se inspiró en el racionalismo de Le Corbusier y el organicismo de Frank Lloyd Wright.

En el panorama español, Madrid y Barcelona dirigen los cauces de la nueva arquitectura. Destaca la trayectoria del Grupo R -Sastres, Coderch, Bohigas, Moragas, etc.-, Federico Correa y Alfonso Milá, el equipo de Ricardo Bofill, los maestros Javier Sáenz de Oiza y Alejandro de la Sota, y la nueva generación de Antonio Fernández Alba, Juan Daniel Fullaondo y Rafael Moneo, los cuales, además de una intensa actividad arquitectónica, han desarrollado un cualificado trabajo teórico.

Los arquitectos alemanes Oswald Mathias Ungers y J. Paul Kleihues, el vienés Gustav Peichl, los italianos Franco Purini y Francesco Venecia, el portugués Alvaro Siza Vieira, el californiano Frank O. Gehry o Bernard Tschumi, en el marco del eclecticismo de fin de siglo, plantean una sugerente continuidad de la arquitectura actual.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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