Se ha tenido ocasión de comprobar
en repetidas ocasiones cómo el curso de la Historia influye decisivamente en
las evoluciones de los estilos artísticos. A veces, lo hace de una forma sutil,
cuando aquello que se denomina "el espíritu de una época" se traduce
en el arte a la vez que éste va creando nuevas formas de expresión que influyen
en el mencionado" espíritu".
Pero, aparte de la evolución
paulatina y paralela entre Historia y Arte y entre Arte e Historia, se producen
en muchas ocasiones cambios mucho más bruscos que parecen motivados por una
circunstancia que tiene la facultad de alterar el curso de las cosas y modificar
decisivamente su rumbo. Aunque, obviamente, para que se dé una transformación
de gran calado aunque sea de manera repentina debe haber el adecuado escenario
para que esa evolución continúe y no se quede en un capítulo aislado. Algo de
esto puede decirse que ocurrió a principios del siglo XVIII en España.
Efectivamente, cuando las formas y gustos barrocos habían calado profundamente
en las concepciones artísticas españolas, generando un arte tan sólido como
admirado, el futuro Felipe V nacía en Versalles. Poco más tarde, a la muerte de
Carlos II, un joven Felipe V llega España desde tierras galas en el año 1700
con tan solo 17 años para reinar. Como era de esperar, fue recibido con tantos
honores como recelos pues no dejaba de ser un francés quien iba a ocupar el
trono de España. De este modo, como se verá en el presente capítulo, este
monarca de carácter algo volátil y melancólico, que decidió instalarse en la
corte española con su séquito de artistas franceses e italianos, fue uno de los
grandes responsables de la introducción en España del arte de la Ilustración.
Así, puede decirse que esta concepción artística se introduce desde Francia y también desde Italia por artistas que acuden al llamado de Felipe V, aunque también se tendrá ocasión de comprobar que poco a poco los artistas españoles van haciendo suyas las directrices que marca este estilo y llevan a cabo importantes obras en este sentido. Además, al llegar ahora a la época de la Ilustración también se llega al surgimiento de uno de los más grandes pintores que haya conocido España. Se trata de Francisco de Goya, artista tan genial como luchador, que tuvo que vivir una existencia no poco turbulenta.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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