Retrato de mujer (La Muda) de Rafael (Palacio
Ducal, Urbino). óleo
pintado en 1507.
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En el breve tiempo que Rafael Sanzio estuvo en Florencia realizó una magnífica serie de retratos entre
los que destaca el de esta mujer, conocida con el nombre de La Muda (Ritratto di donna), fechada en 1507, antes de su ida a Roma para
trabajar en la decoración del Vaticano.
En la ciudad del Arno
Rafael comenzó a imitar a Miguel
Ángel, a
Fra Bartolomeo della Porta, y sobre todo, como es evidente en
esta obra y en sus demás géneros pictóricos, a Leonardo da Vinci.
El esquema está
sensiblemente inspirado en el retrato de La Gioconda, pero aquí se ha perdido
el misterio de la luz y la enigmática expresión de la sonrisa. A pesar del
influjo leonardesco, los retratos florentinos de Rafael representan por sí
solos obras maestras de una elevada exquisitez.
El pintor de Urbino
presenta sobre un fondo oscuro, sin ninguna visión paisajística, la imagen de
una mujer ataviada con ricas vestimentas que denota por supuesto su origen
burgués. La minuciosidad del detalle, relegado especialmente en el cuidado de
las perlas de las manos y en el traje, da un aspecto más enriquecedor al
conjunto.
Si comparamos este cuadro
con el de la Maddalena Doni,
realizado en 1506, se aprecia como Rafael ya no realiza una interpretación
textual de la modelo de Monna Lisa,
aunque la posición de sus manos, serenamente plegadas, pueden denotar una
cierta reminiscencia.
Aquí, la figura femenina,
de medio cuerpo y mostrada casi de frente, contrasta con la oscuridad del
fondo. El cuerpo y el rostro de la joven concentran toda la luz visible en la
pintura. El volumen, la trama pictórica y el color asumen una nueva importancia
en la obra.
Maddalena Doni de Rafael (Galleria deqli
Uffizi, Florencia) Retrato
pintado en 1506.
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La mirada intensa
proporciona una imagen de misterio y, al mismo tiempo, un carácter sereno y más
bien infeliz del personaje. Esta mirada penetrante evidencia la madurez de
Rafael para captar la interioridad y expresividad de la retratada. A partir de
esta obra, Rafael se dirige a una penetración psicológica cada vez mayor y
hacia una visión más objetiva de la realidad.
En esta magnífica obra se
ha querido ver ciertos paralelismos con Rogier van der Weyden. En sus retratos, el pintor flamenco
penetra en el alma del retratado hasta lo más profundo, al mismo tiempo que
otorga a sus personajes una minuciosidad y detallismo extraordinarios. Su
influjo también se observa en el refinamiento de la ejecución.
El aire exquisito de la
joven ha inducido a algunos autores a formular la hipótesis según la cual se
trata de una de dama de la corte de Urbino, concretamente de Giovanna Feltria
Delia Rovere, la gran protectora de Rafael, viuda de Giovanni Delia Rovere,
fallecido en 1501. Otros, en cambio, han intentado reconocer en la figura a una
Strozzi o a Isabel Gonzaga. Indistintamente de la identidad del personaje, en
su conjunto, este retrato ha sido aclamado por la crítica moderna como uno de
los más expresivos y supremos logros de la maestría rafaelesca.
El Retrato de mujer, muy próximo ya a las obras de 1508, se conserva en
la Galería de las Marcas, de Urbino, y mide 64 x 48 cm.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.