En
esta isla del archipiélago de las Bismarck se desarrolló un magnífico arte
escultórico de gran fantasía y elaborado estilo. Este arte guarda estrecha
relación con los ciclos de ceremonias que se realizan en torno al culto al
espíritu de los antepasados.
Para estas ceremonias, de tipo
funerario, se tallan esculturas que simbolizan o representan a los difuntos,
tanto los cercanos como los ancestrales. Se trata de estructuras
extraordinariamente elaboradas y complicadas, hechas para ser exhibidas en los
ritos, danzas y festines que se desarrollan en festivales conmemorativos
denominados malagan, que tienen lugar
cada año y cada cinco años.
Son de tres tipos: esculturas que
representan a los ancestros, máscaras y paneles heráldicos. Estas piezas son
hechas por tallistas especializados, que a veces trabajan en ellas durante todo
un año. Una vez acabadas las ceremonias, estas piezas suelen ser desechadas, y
para el siguiente malagan se hacen
tallas nuevas.
Constituyen un verdadero alarde de
riqueza por parte de quienes ordenan hacerlas, y su exhibición se convierte en
un motivo de regocijo, que se celebra con danzas y festines. Pese a tratarse de
ceremonias funerarias, dedicadas a los difuntos, no hay demostraciones de
pesar, sino de gozo y alegría.
Los paneles heráldicos llevan esculpidos
motivos zoomorfos que identifican a los clanes que ofrecen las ceremonias;
estos motivos, difícilmente identificables, pues suelen ser fragmentos
superpuestos de distintos animales, se desarrollan en líneas ondulantes de
fluido diseño. Los vivos colores con que se decoran estos paneles les confieren
gran vistosidad y belleza.
Las figuras de antepasados son de
aspecto bastante rígido y macizo, pero llevan superpuestos elementos heráldicos
zoomorfos que les proporcionan un atractivo mágico sin igual.
Pero, sin duda, el elemento más
imaginativo del arte de Nueva Irlanda son las máscaras casco que cubren totalmente
la cabeza del danzante y que en intrincadas combinaciones ostentan diferentes
fragmentos de los cuerpos de pájaros, hombres, serpientes y cerdos. Estas
máscaras suelen llevar paneles adosados, a modo de alas, con motivos
geométricos muy trabajados y con múltiples perforaciones. Además, también
suelen llevar adornos hechos con distintos materiales: incrustaciones de
conchas, tufos vegetales, cabelleras de cuerdecillas, botones y colmillos de
cerdos salvajes.
En cuanto a las manifestaciones
artísticas de los demás pueblos de Melanesia cabe destacar las tallas
realizadas por los indígenas de Nueva Caledonia y por los de las Nuevas
Hébridas. No obstante, hay que decir que se trata de un arte del pasado,
prácticamente extinguido en la actualidad, ya que los habitantes de estos
archipiélagos sufrieron un duro trato por parte de los países colonizadores
(Francia y Gran Bretaña), por lo que su cultura estaba destruida casi por
completo a comienzos del siglo XX.
Fuente:
Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat
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