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Artistas de la A a la Z

La isla de Nueva Irlanda

En esta isla del archipiélago de las Bismarck se desarrolló un magnífico arte escultórico de gran fantasía y elaborado estilo. Este arte guarda estrecha relación con los ciclos de ceremonias que se realizan en torno al culto al espíritu de los antepasados. 

Talla ceremonial (Colección Philip Goldman,
Londres). Importada de Nueva Caledonia, es-
te cetro tribal de madera representa al seve-
ro jefe al cual perteneció. Blandiendo la cabe-
za tallada imponía su orden y respeto, y a su
muerte las figuras eran colocadas en el inte-
rior de la casa del líder como tributo al ante 
pasado. Las caras son siempre duras, de
formas bulbosas y de rasgos grotescos para
atemorizar a las fuerzas oscuras, y su estilizado
tratamiento simétrico responde a un interés
por mantener en armonía el cuerpo entre el
mundo terrenal y el limbo de los dioses.

Para estas ceremonias, de tipo funerario, se tallan esculturas que simbolizan o representan a los difuntos, tanto los cercanos como los ancestrales. Se trata de estructuras extraordinariamente elaboradas y complicadas, hechas para ser exhibidas en los ritos, danzas y festines que se desarrollan en festivales conmemorativos denominados malagan, que tienen lugar cada año y cada cinco años.

Son de tres tipos: esculturas que representan a los ancestros, máscaras y paneles heráldicos. Estas piezas son hechas por tallistas especializados, que a veces trabajan en ellas durante todo un año. Una vez acabadas las ceremonias, estas piezas suelen ser desechadas, y para el siguiente malagan se hacen tallas nuevas.

Constituyen un verdadero alarde de riqueza por parte de quienes ordenan hacerlas, y su exhibición se convierte en un motivo de regocijo, que se celebra con danzas y festines. Pese a tratarse de ceremonias funerarias, dedicadas a los difuntos, no hay demostraciones de pesar, sino de gozo y alegría.

Los paneles heráldicos llevan esculpidos motivos zoomorfos que identifican a los clanes que ofrecen las ceremonias; estos motivos, difícilmente identificables, pues suelen ser fragmentos superpuestos de distintos animales, se desarrollan en líneas ondulantes de fluido diseño. Los vivos colores con que se decoran estos paneles les confieren gran vistosidad y belleza.

Las figuras de antepasados son de aspecto bastante rígido y macizo, pero llevan superpuestos elementos heráldicos zoomorfos que les proporcionan un atractivo mágico sin igual.

Pero, sin duda, el elemento más imaginativo del arte de Nueva Irlanda son las máscaras casco que cubren totalmente la cabeza del danzante y que en intrincadas combinaciones ostentan diferentes fragmentos de los cuerpos de pájaros, hombres, serpientes y cerdos. Estas máscaras suelen llevar paneles adosados, a modo de alas, con motivos geométricos muy trabajados y con múltiples perforaciones. Además, también suelen llevar adornos hechos con distintos materiales: incrustaciones de conchas, tufos vegetales, cabelleras de cuerdecillas, botones y colmillos de cerdos salvajes.

Chamán melanesio. Esta escultura hallada en la isla de Ambrym, en las  Nue-
vas Hébridas, muestra una usual representación de un hechicero en pleno tran-
ce, ostentando sobre su cabeza el tocado emplumado que le destaca como cha-
mán. Este sacerdote tenía la suficiente autoridad para formular acusaciones pú-
blicas sin discusión y servía de curandero del poblado, con tratamientos agre-
sivos como la ingesta de orines la provocación del vómito en el paciente. En 
sus rituales se combinaba una escenificación litúrgica teatralizada acompañado 
por danzas y músicas litúrgicas y una gran y aparatosa vistosidad en los vesti-
dos y los gestos.

En cuanto a las manifestaciones artísticas de los demás pueblos de Melanesia cabe destacar las tallas realizadas por los indígenas de Nueva Caledonia y por los de las Nuevas Hébridas. No obstante, hay que decir que se trata de un arte del pasado, prácticamente extinguido en la actualidad, ya que los habitantes de estos archipiélagos sufrieron un duro trato por parte de los países colonizadores (Francia y Gran Bretaña), por lo que su cultura estaba destruida casi por completo a comienzos del siglo XX.

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

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