Entre
todo el conjunto de descubrimientos de yacimientos prehistóricos que se han
conseguido realizar hasta la fecha, puede parecer complicado, incluso
temerario, señalar un hallazgo que suponga toda una iluminación para comprender
mejor el arte de aquellos tiempos tan lejanos.
La Venus
de Laussel resulta ser una de las obras esenciales para conocer el arte de
las sociedades prehistóricas, una obra que sí supone un auténtico hito para los
investigadores. Se descubrió en el 1911 en el departamento francés de la
Dardoña, por el equipo del Dr. Lalanne. Actualmente, forma parte de la
colección del Museo de Saint Germain-en-Laye, al oeste de París. La Venus de Laussel, esculpida en relieve
sobre la roca caliza en época solutrense, mide unos 46 cm de altura,
dimensiones mayores que las presentes en las Venus de bulto redondo. La figura
femenina se halla plasmada desde una perspectiva frontal, desnuda, y sostiene
un cuerno de bisonte con su mano derecha. Como es habitual en las
representaciones de este tipo, la cabeza aparece tan sólo esbozada, mirando al
cuerno, mientras el resto del cuerpo presenta una exageración respecto a sus caracteres
genéricos.
Se piensa que esta escultura presentaba
pigmentos rojizos en el momento de su ejecución. Fue tallada en un bloque de
piedra, probablemente el elemento central de un santuario que se cree
relacionado con los ritos de fecundidad.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat
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