Punto al Arte: La ornamentación corporal

La ornamentación corporal

Naturalmente, las manifestaciones artísticas se encontraron también supeditadas al despegue cultural que supuso la implantación de la nueva técnica neolítica. Así, la naturaleza de objetos domésticos de uso cotidiano comenzó a manifestar cambios progresivos.

Un collar y dos colmillos de jabalí, procedentes de un ajuar funerario hallado en la sepultura número 3 de la necrópolis del Solar, en Riner (Museo Arqueoló­gico Diocesano, Solsona). La cultura material megalítica desarrolla la industria del sílex y la piedra pulida. El adorno es profusamente utilizado en collares y brazaletes de piedras o conchas y amuletos religiosos.
El abrupto crecimiento demográfico que significó la sedenterización de grupos humanos, supuso la necesidad de una nueva forma de administración de trabajos, roles y tareas. En este contexto, las relaciones sociales en general tomaron gran envergadura. La cohabitación de los habitantes de las aldeas adquirió una importancia sin precedentes y los recursos que en principio fueron utilizados para la supervivencia se emplearon con mayor frecuencia en los momentos de ocio, festejo y descanso.

De este modo, se incrementó no sólo la aparición de objetos comunes a los núcleos familiares, como utensilios de cocina, sino también la de objetos personales, en gran parte, individuales, objetos que sirven para ornar el cuerpo de sus propietarios. El sentido de estos adornos puede variar. Algunos pueden representar un significado mágico y ser usados como amuletos, o tener carácter social, diferenciando hombres, mujeres y niños, e incluso rangos y elites. Entre ellos podemos destacar brazaletes y ajorcas de mármol, pizarra o concha de pectúnculo; pendientes y colgantes de dientes de animales. Se han hallado incluso joyas de oro trabajado en frío, como la diadema hallada en la Cueva de los Murciélagos (Granada). Se tiene constancia también de la existencia de fábricas de objetos ornamentales, como la Cova de les Animes (Barcelona). Estudios arqueológicos demuestran que durante el Neolítico era costumbre habitual sepultar a los difuntos acompañados de sus objetos personales.

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

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