Los
primeros trazos realizados con el dedo que se aprecian en Toirano, se
multiplican en las grutas hacia el XIII milenio: en Santa Isabel, dentro de la
gruta de Clotilde, en Gargas, donde el Institut d' Art Préhistorique está
llevando a cabo un inventario exhaustivo. Se trata de rasgos digitales sobre
arcilla maleable que, por fortuna, la calcita consolidó en algunas ocasiones. A
menudo, descienden por la pared unos trazos verticales. Otros, irregulares, ondulan
y llegan a ser serpentiformes. Trazos horizontales se cruzan con otros
verticales.
Piedra con escena de un hombre atacado por un oso, procedente de Pechialet, Dordoña (Museo de Saint-Germain-en-Laye). No sólo son los animales los representados por los cazadores del Paleolítico, también lo son el hombre y las escenas de caza, con la silueta y la acción ejecutada de forma lateral.
Se podría pensar en grafías abstractas, pero no parece ser así. Más bien se constata como un frenesí en esos múltiples trazos digitales para guarnecer la pared, como manifestación de un horror hacia el vacío y la arcilla desnuda. Es el caso del niño psicótico que, para protegerse de los demás, se considera "encarcelado" con una profunda angustia y "atiborra" el vacío, multiplicando los grandes trazos circulares o el punteado sobre la hoja de papel. Este frenesí viene a ser reflejo de un temor, de una honda angustia. La humanidad cazadora es todavía infantil y sus condiciones de existencia resultan difíciles.
Se podría pensar en grafías abstractas, pero no parece ser así. Más bien se constata como un frenesí en esos múltiples trazos digitales para guarnecer la pared, como manifestación de un horror hacia el vacío y la arcilla desnuda. Es el caso del niño psicótico que, para protegerse de los demás, se considera "encarcelado" con una profunda angustia y "atiborra" el vacío, multiplicando los grandes trazos circulares o el punteado sobre la hoja de papel. Este frenesí viene a ser reflejo de un temor, de una honda angustia. La humanidad cazadora es todavía infantil y sus condiciones de existencia resultan difíciles.
⇨ Bastón de mando hallado en la cueva del Pendo (Museo de Prehistoria y Arqueología, Santander). Tallado en hueso, en el bastón se perfila una cabeza de caballo con las orejas y el hocico bien destacado, además de otras figuras de animales y gran variedad de signos. Ha pasado a denominarse "el rey de los cetros paleolíticos". Son doce los bastones de mando que ha proporcionado esta cueva de Cantabria, una excepcional colección de arte mueble del magdaleniense.
Una nueva etapa nace de estos rasgos.
Primero al azar, luego, deliberadamente, el dedo esboza un perfil de animal,
una línea dorsal, una doble cornamenta, y un zigzag evoca el trazo de las
cuatro patas del bóvido. El grafismo zoomorfo se afirma, inspirado,
evidentemente, en el ambiente de caza familiar. Los lógicos se inclinarían a
ver el origen del arte en la escultura o el modelado. Estas técnicas delimitan
mejor lo concreto. Las estatuillas o los contornos recortados sobre marfil de
Dolni Vistonice, de Willendorf, los bloques en alto relieve de Laussel, y entre
ellos, la célebre Venus del cuerno, se remontan alrededor del XIII milenio.
La grafía y el alto relieve pertenecen a
unas mismas épocas, aunque los descubrimientos realizados son insuficientes
para poder decidir sobre la anterioridad de una u otro. Estas formas de
expresión duran largo tiempo. Rouffignac ofrecerá miles de metros cuadrados de
trazos digitales del año 12000 aproximadamente, y la era de las estatuillas
femeninas llegará hasta el tiempo contemporáneo, sin la menor interrupción.
Estas experiencias en los orígenes figurativos determinan un "estilo
arcaico" que sólo hasta más tarde, en especial hacia el 15000, no
fructificará en el naturalismo de representaciones animales y en el
expresionismo.
Queda por resolver el difícil problema
del arte abstracto. ¿Tiene su origen en simplificaciones manuales o mentales,
derivando hacia formas geométricas? Se puede seguir la evolución de una
expresiva cabra montés de Lascaux, y de múltiples formas de transición hacia
las cabras montés de colores planos y pequeño formato de Minateda, hasta que se
desemboca en el esquema rígido, difícilmente reconocible, del último estilo de
la Pileta: auténtica" decoración", en púas. En este caso, se trata de
un estilo "abstracto derivado", surgido del naturalismo, a partir del
XV milenio. De este modo, numerosos elementos abstractos no son más que el
fruto de sucesivas deformaciones de motivos naturalistas.
Ejemplos pertinentes han sido aportados
por el abate Breuil. El reciente descubrimiento de la inmensa gruta de Porto
Badisco, en el golfo de Tarento, por el profesor Graziosi, ilustra esta
evolución. De las líneas serpentiformes, se pasa a la espiral. De cuatro
personajes, sentados ante un velador cuadrado, se obtiene una "cruz de
Malta".
Paralelamente a este arte abstracto
derivado, existe otro abstracto "puro", integral, compuesto
únicamente por trazos no figurativos. Desde el 30000, en los costados de los
bóvidos, como ocurre en Tarté (Alto Carona), se observan numerosas pequeñas
entalladuras, cuidadosamente alineadas, herederas de las huellas de
descarnación tan frecuentes en los restos óseos abandonados por el hombre de Neandertal.
A partir de aquí, los trazos se ordenan en rayados paralelos, formando
sombreados, ora en una dirección, ora en otra, que crean verdaderos cuadriculados
o cruces. Cada vez son más frecuentes los motivos abstractos que no son
resultado de una esquematización naturalista.
Hueso grabado con la figura de un caballo, procedente la cueva del Pendo (Museo de Prehistoria y Arqueología, Santander). Los utensilios hallados en la cueva presentan una gran perfección técnica y mucha variedad. El caballo fue representando de forma reiterada, constituyendo el tema favorito de sus artistas cazadores. La ocupación de la cueva del Pendo puede remontarse al Paleolítico inferior. En ella se sucedieron los períodos solutrense, magdaleniense y quizá el aziliense.
El yacimiento de Mezin, en Ucrania, se revela como un lugar de extraordinario interés para iluminar la génesis de este arte abstracto puro. Aunque los arqueólogos soviéticos atribuyeron al lugar una antigüedad de 25.000 años, estudios más recientes lo sitúan entre 15.000 y 14.000. Este período, en torno al 15000, parece de considerable importancia, al producirse un auténtico "hervidero"intelectual y artístico, resultado del desarrollo demográfico de los pueblos cazadores y de la multiplicación de los contactos humanos.
En Mezin, lugar de un campamento de
cazadores de mamuts, abundan las decoraciones abstractas, grabadas sobre hueso
o marfil. Estas decoraciones adornan brazaletes obtenidos de los colmillos de
mamut. Los más simples tienen rayados oblicuos y paralelos. Las mujeres
llevaban dos o más brazaletes y del contacto entre dos brazaletes decorados con
rayas oblicuas en sentidos opuestos, nace el denticulado. El denticulado, a su
vez, adorna los brazaletes. Estas alineaciones de denticulados paralelos
coinciden en el ángulo agudo y forman unas "X".
Con los ángulos obtusos, forman rombos.
A partir de un rombo central, forman ordenadamente dos largos frisos de
denticulados, rigurosamente paralelos. Podemos seguir muy bien esas etapas de
formación a través de brazaletes enteros y sus fragmentos. Y llega el "día
fausto", según expresión del profesor Pittard, en que el artista de Mezin
ya no dispone los denticulados siguiendo el eje del brazalete, sino
perpendicularmente a él. Tres, cuatro forman un motivo bien conocido, que se va
repitiendo. En un segundo brazalete, los denticulados quedan invertidos ... y
en este preciso instante sobreviene el milagroso azar.
Este azar que tantas veces ha
intervenido en favor de la humanidad para proporcionarle el canto rodado
astillado, el fuego, el primer rasgo figurativo en el que el hombre vio
finalmente una imagen ... la tapadera de Papin, la manzana de Newton, el moho
de sir Fleming. En la muñeca de la elegante compañera de los cazadores de
mamuts, en esta muñeca adornada con dos brazaletes decorados con denticulados
se ha producido un salt ... Y aparece una maravillosa deco ración geométrica,
una decoración de "meandro", una auténtica "greca"
anticipada, extremadamente elaborada, con total independencia del naturalismo.
Esta nueva decoración quedará transcrita
en una magnífica diadema-brazalete de 60 milímetros de altura, obra maestra de
la orfebrería marfileña. Aún en Mezin, dos mandíbulas y un omóplato de mamut
presentan admirables dibujos en rojo, con unas series de denticulados
superpuestos. Se trata de unos de los pocos huesos pintados que han llegado
hasta nosotros, y ponen en evidencia la estrecha relación existente entre el
grabado y la pintura, así como la importancia de los soportes de difícil
conservación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario.