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Miquel Barceló y el neoexpresinismo español

Long Island Crab de Miquel Barceló

La repercusión del nuevo auge de la pintura en España ha sido francamente importante, y algunos de los mejores pintores hispanos han entrado con fuerza en el mercado internacional, siendo en la actualidad figuras reconocidas y valoradísimas; tal es el caso del mallorquín Miquel Barceló, nacido en Felanitx en 1957.

Barceló es el máximo representante del neoexpresionismo español, aunque empezó vinculado al ámbito conceptual a partir de la década de 1970, algo que hicieron también bastantes artistas jóvenes que también triunfaron como pintores, cuando se unió al grupo Taller Llunatic de Palma de Mallorca. Pero Barceló tuvo éxito muy rápidamente y de forma espectacular en la década de 1980, con una obra expresionista progresivamente personal, en la que abundan los tonos cálidos y terrosos y las referencias al paisaje, tanto del mundo mediterráneo como posteriormente, a partir del 1988, del africano. Su primer viaje de seis meses por África, en compañía de los artistas Javier Mariscal, Pilar Tomás y Jordi Brió, marca un punto de inflexión en su meteórica trayectoria. A partir de entonces incorpora materiales -pigmentos locales y sedimentos fluviales- y temáticas africanas en su obra, que culminarían con el establecimiento de un taller en Mali, donde reside periódicamente. Anarquista de corazón aunque aborrece la política, detesta el sistema de ayudas de las ONG para el Tercer Mundo porque considera que es la forma con que Occidente evade sus responsabilidades ante las víctimas del colonialismo.

Es innegable en el estilo de Barceló la influencia del informalismo, aunque el mallorquín nunca renuncia a los motivos figurados, y también se encuentran rastros del surrealismo sígnico. Las referencias del pasado, tan características de las postmodernidad, aparecen pues claramente en su obra, como también una característica disolución entre figuración y abstraccionismo. Estos conceptos claves de su producción pictórica se identifican con los ciclos primordiales de vida y muerte, según los cuales Barceló basa el sentido metafísico de sus creaciones.

Una de sus obras más representativas, Long lsland Crab, paralela en tiempo, tema y estilo a su Paisaje con cangrejo, es una composición pictórica de técnica mixta sobre tela elaborada en 1987, a los 30 años de edad, justo antes de abandonar su taller de Nueva York e instalarse en París. Siempre al filo de la vanguardia artística, el artista balear retoma aquí algunos de los temas de sus etapas pretéritas, como el dibujo de insectos y moluscos, y la combinación brillante de gruesas capas agrietadas de pintura, evocando una intensa dialéctica de composición y descomposición material. Actualmente se halla en una colección particular.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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