A pesar de que el movimiento se
haya encontrado en numerosas ocasiones en el centro mismo del interés
artístico, como tema o expresión de los medios plásticos, su
"aislamiento" inicial y su aplicación como principio de creación han conducido
a que se produzcan distinciones entre la pintura y la escultura, a causa del
movimiento "real". Las máquinas, previsibles, los móviles, en las que
inciden las fuerzas aleatorias de la naturaleza, y las proyecciones luminosas
móviles forman el arte cinético en el sentido estricto del término. En sentido
lato, el arte cinético comprende igualmente las obras con movimiento virtual
que ejercen cierta presión de movimiento "óptico" o táctil sobre el
espectador y provocan su participación.
Así, en París y en Nueva York
surge, entre los años 1950 y 1960, un creciente interés por aplicar el lenguaje
científico al arte, lo que dará lugar al arte cinético y al Op art. Por otro lado, en España
aparecen relevantes artistas cinetistas que tienen sus precursores en el grupo
Equipo 57.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.