Hacia el año 4000 antes de
nuestra era, cambia el panorama cultural del Perú con el advenimiento de formas
agrícolas rudimentarias; este período, que dura hasta el año 1500 a.C, no
conoce la cerámica, pero en él se levantan los primeros centros ceremoniales.
El centro más antiguo conocido es el de Huaca
Prieta, en el valle de Chicama. También se hallaron varios centros
precerámicos pudiendo determinar que, a partir del año 2500 antes de nuestra
era, se cultivó el algodón.
Los centros arquitectónicos más
importantes del precerámico son el complejo de Las Haldas y el templo de las Manos
Cruzadas, en Cotosh, ambos datables hacia el 1800 a.C.
El sitio de Las Haldas, en el
valle de Casma, reúne un grupo de viviendas junto a un centro ceremonial; éste
se halla dominado por un edificio piramidal que tiene siete plataformas, su
longitud es de 465 m y presenta varios recintos cuadrangulares abiertos,
dispuestos entorno a un eje de simetría.
El templo de las Manos Cruzadas,
en Cotosh, es el más antiguo de la sierra. Se trata de un centro ceremonial
formado por recintos cuadrangulares limitados por muros de piedra canteada
unida con argamasa de barro. Los muros son altos y presentan nichos donde se
encontraron ofrendas. Sobre estos paramentos hay brazos cruzados modelados en
barro con un estilo primitivo. En el centro hay un patio con un hogar.
La cerámica más antigua es la que
se ha encontrado en la costa norte del Perú y recibe el nombre de Guañape (temprano). Carece de pintura y
está decorada con unas líneas incisas en forma de la letra M. Asimismo muestra
incisiones practicadas con la uña sobre el barro fresco. Esta cerámica tiene
generalmente forma de olla con borde engrosado. La datación de la cerámica de
Guañape por el radiocarbono es del año 1250 antes de nuestra era.
Asimismo, esta denominación de Guañape sirve para designar a la cultura
precolombina que habitaba en la costa norte del Perú, en la zona del valle de
Virú, durante buena parte del segundo y primer milenios antes de nuestra era. A
pesar de la antigüedad de este pueblo se ha podido constatar su evolución
cultural, de modo que en la actualidad se distinguen tres períodos en el curso
de su historia. En el período inicial, que se origina, aproximadamente, en el
siglo XIII a.C, y al que pertenece la antigua cerámica a la que ya se ha hecho
mención, las manifestaciones artísticas que se han encontrado, sobre todo en el
yacimiento de Queneto, nos muestran cierta tosquedad en los estilos y las
técnicas. De este modo, los objetos de cerámica que han sobrevivido al paso del
tiempo son monocromos, casi siempre de color marrón o negro. Además, apenas hay
dos tipos de cerámicas, ambos en forma de olla, una con el borde engrosado, y
otra, de la que se han encontrado muestras posteriores, con un mínimo labio.
Más adelante, en el denominado período medio, se produce un salto cualitativo
especialmente en el apartado de la cerámica y empiezan a dominar los diseños
geométricos. Por último, en el período tardío el pueblo Guañape recibe una
fuerte influencia por parte de la cultura Chavín.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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