Contemporáneamente a estos
grandes florentinos, un maestro solitario, nacido en las proximidades de Siena,
aparece con un arte más recio que el de Donatello y su escuela: Jacopo dellaQuercia. En su juventud había concursado en 1401, para la segunda puerta del
baptisterio de Florencia, con Brunelleschi y Ghiberti; después, en Siena,
trabajó para la Fonte Gaia, de la gran plaza, en labores de las que hoy sólo
quedan fragmentos conservados en el Palazzo Comunale y que sirvieron para
realizar la moderna reconstrucción de la famosa fuente; pero ya antes había
realizado, para la catedral de Lucca, el bellísimo sarcófago de Hilaria del
Carreto, con el robusto friso de angelones que sostienen una pesada guirnalda,
y la hermosa estatua yacente.
La Fonte Gaia de Jacopo della Quercia (Siena) Esta fuente está ubicada frente al Palacio Público de Siena. Las esculturas de la Virgen con el Niño, flanqueadas por ángeles y las cuatro Virtudes, responden a un gusto típicamente medieval. El estanque, más bajo que el nivel del suelo, se adapta de manera admirable a la curva de la plaza. Esta fuente fue desmantelada y reconstruida; las esculturas de della Quercia se guardan en el Palacio Público y la fuente, que se ha desplazado hacia el centro de la plaza, es en realidad una copia de la original.
⇨ Sarcófago de Hilaría del Carreta de Jacopo della Quercia (Catedral de Lucca). Detalle del rostro yacente, en el cual se puede descubrir la transición del gótico al Renacimiento en la obra de Jacopo della Quercia. La figura yacente es de concepción gótica, pero la decoración de cupidos con guirnaldas de flores y frutas, que no se ven en este detalle, es un tributo al arte romano. La figura de esta bella mujer tiene una serenidad y una dulzura absolutamente humanas.
Esta figura seduce al que la contempla por su situación intermedia entre el gótico y el Renacimiento. Del primero, tiene la tradicional postura yacente y el fluido linealismo de los pliegues del traje; del segundo, un sentido clásico de la forma que hace pensar que esta joven, fallecida en 1405, dos años después de su boda, no está muerta, sino dormida.
Esta figura seduce al que la contempla por su situación intermedia entre el gótico y el Renacimiento. Del primero, tiene la tradicional postura yacente y el fluido linealismo de los pliegues del traje; del segundo, un sentido clásico de la forma que hace pensar que esta joven, fallecida en 1405, dos años después de su boda, no está muerta, sino dormida.
En 1405 comenzó sus relieves
marmóreos para decorar el portal central de San Petronio de Bolonia, que dejó
sin terminar. Jacopo dividió el espacio a él destinado en aquella fachada en
recuadros, en cada uno de los cuales trató sobriamente un tema bíblico con
pocas figuras, y no sin verosimilitud se ha supuesto que Miguel Ángel se
inspiró en estos relieves para su fresco de la Creación de la Capilla Sixtina.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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