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El poder de los Borgia

La historia de los Borgia se remonta al Levante español del siglo xv. En 1455, el entonces arzobispo de Valencia, Alfonso de Borgia, o Borja (tal es el apellido original), fue elegido Papa. Su pontificado apenas duró tres años, pero tuvo tiempo de arreglar el porvenir de sus parientes, en especial el de su sobrino, Rodrigo Lenzolio, quien sería vicecanciller de la Corte Pontificia y famoso por su renuncia al celibato y sus afanes conspiradores. La gran oportunidad de Rodrigo, que pronto adoptó el apellido materno de Borja, llegó en 1492, cuando consiguió hacerse con el Papado pasando a ser Alejandro VI.

Se ha llegado a afirmar que Alejandro VI dirigió el Vaticano como si de una empresa familiar se tratase, ya que se ocupó de situar a los descendientes habidos junto a su amante, Rosa Vanozza. Así, uno de sus hijos, César Borgia, se convirtió en digno sucesor ya que fue, si cabe, más cruel y conspirador que su padre. A raíz de su matrimonio con la hija del rey de Navarra, consolidó los vínculos que le unían al monarca francés Carlos III. Pero más tarde sus intereses variaron y encabezó la Santa Liga, confederación que consiguió derrotar al rey francés en Fornuove.

Los múltiples asesinatos e intrigas que se atribuyen a César Borgia han dejado en un segundo plano su labor de mecenazgo, de la que se benefició, entre otros, Miguel Ángel.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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