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Angkor Vat



Desde el siglo IX y hasta el siglo XV, durante más de 600 años, el Imperio khmer constituyó una gran cultura, cuyo centro, la capital, era la ciudad de Angkor. La civilización khmer alcanzó su cénit con la construcción del palacio funerario de Angkor Vat, o Monasterio de Angkor, dedicado para honrar a su divinidad predilecta, el dios hindú Vishnu.


El rey Suryavarman II, quien reinaría entre 1113 y 1150, fue el soberano más poderoso de este Imperio. A pesar de su corto tiempo como monarca, levantaría maravillosas y misteriosas estructuras en lo más profundo de la selva camboyana.

La fama del arte khmer está ligada en gran parte al complejo de Angkor Vat, considerada la ciudad de los dioses, cuyo templo fue construido en un período de más de treinta años y es el mejor conservado de todos los que integran el conjunto. Alzado en grandes bloques de piedra, evitando así los materiales perecederos como la madera, se yergue todavía hoy como símbolo de su pasada grandeza.

El templo, levantado en la parte sudoriental de Angkor, es de grandes proporciones y combina estanques, jardines, galerías hipóstilas y edificios torreados cuyos muros se cubren de exquisitos altorrelieves figurativos. Se sitúa sobre un área rectangular delimitada por una fosa de 200 metros de ancho, que probablemente servía tanto como depósito para abastecer la población, como para el palacio, que albergaba el interior del recinto sagrado.

El complejo está delimitado por una acequia a la que llegaban las aguas del Siemreap por medio de una canal. Un camino flanqueado por balaustradas adornadas con motivos de serpientes (naga) conduce a la puerta principal, orientada hacia Occidente, del recinto, que reproduce, a escala reducida, la fachada del templo. La torre central tiene a los lados dos alas de galerías que terminan en una torre más pequeña. Las galerías están sostenidas por columnas que se reflejan en el agua.

Dentro del recinto se encuentra el templo, una pirámide de tres terrazas superpuestas, cada una de las cuales está cercada por una galería animada con torres y pabellones. Tres escalinatas sobre el lado occidental desembocan en tres galerías sostenidas por pilares, y conducen, a cubierto, hacia las tres escalinatas de la segunda terraza.

La forma escalonada simboliza el monte Meru, el lugar tradicional de los dioses de la India. La obra está construida con un estudio perspectivo extraordinario, por lo que la altura de las tres terrazas parece aumentar a medida que se sube, y cada una de ellas está desplazada de modo tal que la estructura no cause la impresión, de estar inclinada hacia el espectador que se decide a subir.

El gigantesco templo, compuesto por la galería escalonada presidida por cinco torres, resalta por su nivel artístico y viene a ser la culminación de todo el desarrollo arquitectónico de la zona de Angkor, que en 1992 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Realizada en granito, esta obra maestra de la arquitectura camboyana constituye una de las muestras de arte khmer más maravillosas de la primera mitad del siglo XII.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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