Punto al Arte: Caravaggio y el caravaggismo

Caravaggio y el caravaggismo

Michelangelo Merisi nació el 28 de septiembre de 1573 en Caravaggio, Lombardía. No era tan humilde como estuvo de moda decir el siglo pasado para crear una imagen convencional de “rebelde de la sociedad”. Roberto Longhi, uno de sus biógrafos más ilustres, la emprende contra la leyenda y explica que el padre del pintor era “maestro de obras”; vale decir prácticamente arquitecto del marqués local. Al morir el padre, y con seguridad ante las muestras de talento del muchacho, su hermano mayor lo coloca en el taller de Peterzano, pintor de Bérgamo.

⇨ Joven Baco enfermo de Caravaggio (Galería Borghese, Roma). Obra de su juventud, que está considerada por algunos tratadistas como un autorretrato. Su naturalismo es la reacción de una concepción artística esencialmente popular, en oposición al exclusivismo aristocrático del período precedente. Este cuadro revela una manera distinta de enfocar la realidad, es decir, de un modo lúcido e implacable, y en él aparecen ya dos rasgos típicos de Caravaggio: su "realismo" y su "tenebrismo". 


En seguida vienen las hipótesis. Cuando entró a trabajar con Peterzano tenía once años. El cronista antiguo Giulio Mancini explica que pasó allí otros cuatro años: lo que da un total de quince. Y el mismo autor anota que a los veinte estaba en Roma. ¿Qué ocurrió entre 1588 y 1593? Algunos autores lo sitúan perfeccionándose en Milán o Brescia, otros -como Bellori- en Venecia. Pero, estos son, sobre todo, tratadistas antiguos. Hoy parece admitido que hacia 1590 Caravaggio frecuentaba ya el medio romano.


De todas maneras, es posible imaginar fácilmente los ejemplos que el joven vio a su alrededor en el norte de Italia antes de llegar a Roma. Esa región lombarda, aunque limitada en el espacio, es importante en la calidad y el ejemplo. Desde el siglo XV contaba con pintores como Vincenzo Foppa y Bergognone. Y en el siguiente, con Lorenzo Lotto, Moretto de Brescia, Savoldo y Moroni.

Un cronista antiguo cuenta que Caravaggio mató a uno de sus compañeros en el taller en que trabajaba en Milán. Si bien ese dato parece ahora formar parte de la leyenda de pintor “maldito”, lo cierto es que la vida de Caravaggio en Roma va a ser una verdadera novela picaresca. Cuando llega,miserable, empieza a trabajar para un beneficiado de San Pedro a quien el pintor llamará después Monseñor Ensalada, dado el régimen vegetariano al que lo tenía sometido. De ahí pasa bajo la tutela de Lorenzo Siciliano,para el que hacía “cabezas” a tanto la pieza. Más tarde irá a colaborar con un sienes, Gramática, en cuyo taller las demandas son las”medias figuras”. Caravaggio va subiendo en calidad, pero siempre dentro de la más negra pobreza.

La buenaventura de Caravaggio (Musée du Louvre, París). Es una obra de transición en la que la composición en medias figuras más que expresar una acción aporta dos estudios psicológicos, dos retratos "morales", como diría Lionello Venturi. Se trata, en efecto, de tipos observados fielmente dentro del mundo en que él vivía, feliz y miserable, turbulento y apasionado, pero nunca trivial. 

Enfermo, entra al hospicio de los pobres de la Consolación, y durante la convalecencia pinta algunos cuadros que el prior llevará más tarde a su tierra.Ahora bien, esa tierra -mencionada en un viejo documento- es interpretada por algunos como Sicilia y por otros (Longhi) como Sevilla. De ahí que el gran historiador italiano se pregunte si en la exportación precoz de esas obras de Caravaggio no podría verse uno de los orígenes -veinte años más tarde- de la escuela sevillana de Sánchez CotánVelázquez y Zurbarán.

Repuesto, Caravaggio va a trabajar con un pintor más importante que los precedentes: Giuseppe Cesari, conocido con el título de Cavalier d’Arpino que logró más tarde. Se trata de un artista quizá fácil, pero no de un mero “fabricante” como habían sido sus anteriores patronos.Poco permaneció Caravaggio en ese taller, pero puede suponerse que los dos cuadros de juventud: Muchacho con una cesta de frutas y el Joven Baco enfermo (que parece un autorretrato), ambos de la Galería Borghese de Roma, deben datar de esa época. Liberado delas manos del Cavalier d’Arpino -que debía de explotar a los jóvenes talentosos-, Caravaggio encuentra alojamiento gratuito en casa de un prelado, Monseñor Fantin-Petrignani.

⇦ Magdalena de Caravaggio (Galería Doria-Pamphili, Roma). En este caso no se trata de una damisela que se presta a posar, sino de una joven campesina afligida y recogida sobre sí misma, que se destaca sobre un fondo verdoso. Al igual que las dos figuras de La buenaventura, su contemporánea, está pintada sobre un fondo neutro, lo que constituye una novedad en la pintura de la época .


Los biógrafos empiezan a ponerse de acuerdo y coinciden en afirmar queel Baco (Uffizi), La buenaventura (Louvre), El reposo en lahuida a Egipto (Galería Doria, Roma), la Magdalena (Galería Doria)y el Niño mordido por un lagarto (Fundación Longhi, Florencia) son de ese momento.

La novedad de Caravaggio se va a ejercer en varios planos simultáneos. En la elección de los temas, o mejor-como dice Ventura, gran intérprete del pintor en la actualidad- de los “motivos”: Baco, sí,pero desacralizado. Hay también cierto pintoresquismo que él va a imponer. En un título como el de Niño mordido por un lagarto, hoy no se ve el atrevimiento,pero entonces lo había y muy grande. En aquella época las obras se anunciaban en el mercado como “cabezas”, ”bustos”, ”medias figuras”: era el formato lo que las distinguía entre sí. A su vez, esas obras del joven Caravaggio no se limitaban a ostentar un nombre novedoso,también comportaban -lo que es más trascendente- una manera distinta de enfocarla realidad.

Aun medio siglo después de muerto, la opinión corriente considerará que Caravaggio no ha pintado sino lo despreciable, lo que se encuentra en la calle y, por lo tanto, no alcanza al “decoro”. En ese momento la pintura en Italia se mueve entre dos polos: por un lado está el arte sombrío que aplica estrictamente las disposiciones del Concilio de Trento; por otro,se trata de una fantasía superficial a la manera de Barocci o del propio Cavalier d’Arpino.

En cambio, la lucidez implacable de Caravaggio, ese ojo todopoderoso y sin embargo capaz de visión unitaria y no de mero detalle curioso, tenía que hacerlo de una brutal novedad, difícil de admitir por los círculos romanos que mandaban e influían en el gusto. No obstante, esta afirmación se presenta, al principio,como un problema lleno de matices.

Niño mordido por un lagarto de Caravaggio (Fundación Longhi, Florencia). Obra de juventud, es notable la expresión del muchacho entre el dolor, la sorpresa y el temor. 

Por ejemplo, cuadros tales como El reposo en la huida a Egipto, La buenaventura, son obras de transición y pueden ser admitidas sin mucha resistencia. En la primera, si bien la composición debía parecer”imposible”, con el ángel de espaldas y en el eje del cuadro dividiéndolo en dos mitades, el color y la luz son claros, difusos y hacen pensar irresistiblemente en Giorgione. En La buenaventura, las medias figuras expresan una acción, ¿pero la expresan de veras? En realidad se trata de dos estudios psicológicos puestos paralelos y en el mismo cuadro. La gran novedad debió residir, sin embargo (como en la contemporánea Magdalena), en el fondo neutro, indeterminado, sobre el que se recortan los personajes.

Grandes novedades con respecto a la pintura que se hacía en la época las hay muy pronto en Caravaggio, y ello a todos los niveles. Por ejemplo, la naturaleza muerta era un género considerado en Italia hasta entonces como una simple curiosidad venida del norte de Europa. Caravaggio, que decía que”tanto trabajo le daba hacer un buen cuadro de flores como de figuras”, empieza colocando -como en el Baco o en el Tañedor de laúd (San Petersburgo)-, al lado del personaje en plena vida y cumpliendo una acción, un grupo de flores y frutas en “vida detenida” (así se llama el género en la mayoría de los idiomas). Más tarde aislará este último conjunto y se aventurará a presentarlo solo: es el caso de la famosa Cesta de frutas (Ambrosiana).

El reposo en la huída a Egipto de Caravaggio (Galería Doria-Pamphili, Roma). Es una pintura de la época de transición del artista, en la que se atreve a hacer una composición poco convencional, con el ángel de espaldas dividiendo el cuadro. 

La provocación la entenderán Salini y su sobrino, el llamado Mario dei Fiori. En un principio, y como para hacerse perdonar, los pintores representaban platos y dulces exquisitos, objetos preciosos como vasos de Murano, cristales de Bohemia. Caravaggio, de entrada, se había atrevido a inmortalizar la cesta vulgar repleta de frutas ordinarias, incluso las picadas. Y será sólo por la calidad de su pintura que impondrá su versión de la realidad de las cosas, de todas las cosas. Hay como una lección de humildad en su empresa: lo que forma parte de la Creación tiene derecho a ser copiado y hasta exaltado. Del conjunto de lo creado puede o debe quedar registro, como en la cámara oscura, como en un espejo de esos que, según la tradición, le servían en un principio para pintar.

Y es que si bien el espejo pone “distancia” entre nosotros y las cosas, es para tratarnos, sin embargo, de la misma manera. Es un poco la actitud de Caravaggio y, en eso, resulta extraordinariamente moderno. Su enfoque es anti renacentista en el sentido de que no crea un mundo antropocéntrico, sino que considera la carnalidad y hasta la espiritualidad como “datos” que se le dan de una vez por todas y que se rehúsa interpretar. Longhi habla a ese propósito de “reflejo psicológico instantáneo”: el niño mordido por el lagarto aparta la mano, frunce las cejas, un grito de sorpresa le hace abrir la boca. El espíritu de la época no estaba acostumbrado a esa instantaneidad y se resistía a admitir los cuadros”sin historia”.

Cesta de frutas de Caravaggio (Pinacoteca Ambrosiana, Milán). Si bien en esa época no se daba valor a las naturalezas muertas ni era costumbre representarlas, Caravaggio se decidió a probar este género pictórico con este cuadro. 

Todo cambia con él: Baco es un muchacho ordinario que hace posar por unas monedas; la Magdalena no será la imagen ñoña de una mujer de mundo”haciendo la Magdalena”, sino una campesina llorosa, recogida sobre sí misma y con un gran espacio verdoso a su alrededor, espacio que debe ser interpretado como un verdadero “silencio pintado”. Lo que quiso destruir en estas obras -o sea la anécdota-parece haberlo tentado en La buena ventura que ya se ha visto, aunque en ella apenas haya un conato de acción. 

En cambio, en los Tramposos (col. particular, Nueva York),Caravaggio parece perder esa misma discreción prescindente y exagera en la expresión diabólica del personaje barbudo. Es un error en el que no volverá sin embargo a incurrir.


Sacrificio de Isaac de Caravaggio (Galería Uffizi, Florencia). Pintado hacia 1595, es un maravilloso cuadro, uno de los más famosos de la primera época del artista, donde la acción se desarrolla en un paisaje muy influido por la pintura veneciana. 

Tramposos de Caravaggio (Kimbell Art Museum, Fort Worth). En esta obra al pintor sigue intentando mostrar la realidad desnu

Hasta 1951-1952 (gran momento en los estudios sobre Caravaggio) se suponía que todas las vicisitudes de su vida agitada le habían ocurrido en dos o tres años. Gracias a los nuevos documentos, los especialistas se inclinan acreer en un período romano más largo y que iría de 1591 o 1593 (año en que aparece inscrito en la Academia de San Lucas, de Roma) hasta el año 1596, momento en el cual debió de pintar la Cesta de la Ambrosiana. El estilo de Caravaggio se va afirmando, aunque eso no quiera decir que sea bien acogido en todas partes. El pintor sigue malvendiendo sus obras hasta que un revendedor profesional,de nombre Valentino, lo presenta al cardenal Del Monte. Las penurias materiales del pintor se acabarán: con casa y comida aseguradas se puede lanzar de lleno a la pintura tal como él la entiende. Para su protector parece haber pintado por ese entonces los Tramposos y el Tañedor de laúd, másel escudo con el rostro amenazante de la Medusa (Uffizi).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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