La
llamada Puerta de Ishtar era el principal acceso a la ciudad de Babilonia
durante su Segundo Imperio.
Nabopolasar estableció en Babilonia su
capital fundando la era Neobabilónica, que conseguirá su magnífico esplendor
con el reinado de Nabucodonosor. La gran obra del nuevo imperio se centró en la
reconstrucción de la mítica metrópoli, destruida por Senaquerib, que alcanzó
una enorme vida social, cultural y religiosa.
La ciudad formaba un rectángulo rodeado
por una doble muralla y un profundo foso lleno de agua. Las ocho puertas de
entrada fueron dedicadas a las principales divinidades adoradas por los babilonios.
La más famosa de todas fue la situada al norte de la ciudad, la conocida Puerta de Ishtar, denominada así en
memoria de la diosa de la guerra y de la fecundidad, la antigua Venus sumeria
que los hebreos llamaron Astarté.
La Puerta
de lshtar estaba al principio de la Vía de las Procesiones o Vía Sacra, que
recorría las principales sedes, entre ellas, el Palacio Real y el templo del
dios Marduk. La hermosa estructura estaba compuesta por dos torreones
cuadrangulares con almenas que flanqueaban el arco central de medio punto. La
visión a primera vista era la de un monumental arco triunfal.
Toda ella, con una altura aproximada de
12 metros, estaba revestida por ladrillos esmaltados y moldeados con imágenes
de animales sagrados. Hay que subrayar que los relieves con decoración de
animales muy coloreada son propios de las ciudades mesopotámicas. El intenso
cromatismo a base de tonos amarillos, azules, blancos y rojos enfatizaban la
brillantez de la técnica del esmaltado.
Durante el período neobabilónico, los
ladrillos esmaltados adquirieron una enorme importancia. La estructura de este
material, el ladrillo, permitió la construcción de muros gigantescos, a los
cuales se les aplicaba la decoración en relieves.
Como las otras puertas, las torres y
toda la muralla, estaba revestida con una decoración en ladrillos vidriados en
los que aparecían toros y dragones en blanco sobre un fondo azul oscuro. Estos
animales situados en filas paralelas, se iban alternando, dando un movimiento
rítmico a la composición. Los dragones, monstruos llamados sirrush, con cabeza de serpiente, patas de león y de águila, eran
atributo de Marduk, el santuario ubicado en el interior del mismo recinto.
Asimismo, los muros de la vía
procesional estaban magníficamente decorados con ladrillos, unos lisos y otros
moldeados en relieve, con representaciones zoomorfas diferentes. Esta vez eran
imágenes de leones con las fauces abiertas sobre un fondo azulado. Eran un total
de ciento veinte figuras, sesenta a ambos costados, de dos metros cada una.
Se ha calculado que había al menos 575
bajorrelieves con las imágenes de estos animales fantásticos adornando los
muros y las puertas, entre ellos la Puerta
de lshtar, una de las más bellas construcciones que formaban el complejo
arquitectónico de Babilonia.
La famosa Puerta de lshtar, hoy reconstruida en el Museo de Berlín, se alzó
en la época primera de Nabucodonosor, durante los siglos VII-VI a.C.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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