La
evolución de la pintura de los egipcios nos permite recorrer los hitos técnicos
y estéticos que han marcado la historia del arte de la Antigüedad. En los
albores de la civilización egipcia, la pintura se encuentra al servicio de la religión,
y nos sorprende la renuncia a encontrar en esta manifestación artística un fin
en sí mismo y una posibilidad de puro goce estético y de orgullo por parte del
artista, aunque éste, poco a poco, conseguirá ganar espacios de libertad para
expresar toda su capacidad creativa.
Ello no impide, como se verá, que las
pinturas que proceden de la civilización egipcia hayan alcanzado cotas de
virtuosismo, perfección técnica y sensibilidad que aún hoy, miles de años
después; puedan maravillar. Por ello, deben ser contempladas corno un acto de
escritura los murales que se han encontrado en las tumbas con representaciones
sobre la vida cotidiana del difunto y los peligros que le esperan en su trance
hacia la otra vida, el gran terna de la pintura egipcia.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat
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