Punto al Arte: Estilo Antiguo

Estilo Antiguo

Se desarrolla durante el período de La Tène A, entre la segunda mitad del siglo V y la primera del IV a.C. En la zona occidental del Rin-Mosela, este estilo se caracteriza por usar motivos orientalizantes como palmetas, liras y flores de loto, así como estilizaciones formando trisqueles y tetrasqueles, ruedas giratorias que dan a la composición un gran dinamismo. No es extraña la aparición de representaciones de caras humanas, a veces máscaras, encuadradas en los espacios libres que dejan estos motivos florales. Por lo general se podría definir la composición como acumulativa, es decir, los motivos se disponen alineados en sentido horizontal o vertical, dependiendo de la forma decorada.

Búcaro de bronce (Rheinisches Landsmuseum, Tréveris). En esta magnífica pieza de bronce, en la que se conjugan elementos antropomorfos y zoomorfos, se puede apreciar una cierta influencia de los bucceri pesanti pertenecientes a la cultura etrusca, la cual había alcanzado un alto dominio del arte cerámico y metalúrgico.
Figura de terracota (Narodni Museum, Belgrado). Delicada y elaborada terracota que muestra una imagen avimorfa, conduciendo un carro-triciclo, decorado con pájaros.
La decoración se aplica a bellas joyas de oro, como el torques áureo del tesoro de Erstfeld, en Suiza, donde la sencillez de la mitad de la varilla lisa contrasta con el sentido de movimiento de la otra mitad, en la que aparecen cabezas humanas reales o ficticias y animales en dinámica conexión a través de las distintas partes del cuerpo.

Sítula Benvenuti (Museo Nazionale Atestino, Este). Esta sítula de la cultura Hallstatt está realizada en bronce y en ella se han aplicado tres franjas con decoraciones zoomorfa, vegetal y antropomorfa. Se halló en una tumba de la Villa Benvenuti de Este, Venecia.
Otra obra excepcional es el cuenco de oro de Schwarzenbach, que conserva una mayor relación con el verdadero estilo orientalizante al disponer la composición distribuida en dos franjas horizontales, aunque la ejecución de las palmetas y flores de loto prácticamente no guarda ningún parentesco con los lejanos prototipos egipcios.

Sítula de bronce (Narodna Galerija, Eslovenia). Esta sítula, realizada en bronce, pertenece a la cultura Hallstatt. Está decorada con bandas horizontales en las que se han grabado diversos motivos repujados, como el de una figura femenina que toca la flauta de pan.
Pero hay otras obras maestras de este primer arte celta que se apartan de este diseño. Se trata de los recipientes de bronce, sobre todo los jarros con pico vertedor, productos ya locales a partir de los prototipos etruscos. Aquí, la decoración suele concentrarse en la zona de unión del asa -a veces formada por el cuerpo de un animal- con el cuerpo del recipiente: generalmente en esta zona se desarrolla la decoración floral, en la que puede inscribirse una cabeza humana como es el caso en los jarros de Dürmberg (Austria) o de Klein-Aspergle.

Disco de adorno céltico (Bibliotheque Nationale, París). Este adorno realizado en oro se encontró en Auvers-sur-Oise. Ejecutado con una técnica muy depurada, en la que se mezclan diversas fórmulas, como la de las incrustaciones, en este caso coral, y la realización de un dibujo mediante la sucesión de numerosas bolitas de oro. El resultado conseguido es de una calidad muy brillante técnica y artísticamente.
Destaca por su belleza el ejemplar de Nieder-Jutz, en el Mosela: contrasta la superficie lisa del recipiente con la decoración geométrica y floral de la franja inferior en torno a la base y la superior alrededor del borde y del pico vertedor. La belleza de los motivos se ve acrecentada por el contraste entre el color del bronce y las incrustaciones de coral y esmalte que rellenan las decoraciones. El asa está formada por el cuerpo de un animal, quizás un lobo, cuya cabeza se repite en la tapadera; está ejecutado en un estilo naturalista que recuerda los temas zoomorfos escitas. Cerca del pico hay una pequeña representación de un pato, reflejando una continuidad del simbolismo hallstáttico que, no obstante, irá desapareciendo con el desarrollo del arte celta.

lnsignia de jefe celta (Museo de Arte e Historia, Ginebra). Esta insignia de un jefe celta es la representación de un símbolo solar. El arte céltico se manifiesta en los pequeños objetos de cerámica y, sobre todo, en las manufacturas metálicas para uso personal. Elaborados para lucimiento de unas elites guerreras, como demuestra esta pieza ornamental de gran belleza.



   En la zona oriental que abarca Bohemia, Baviera y Austria, la decoración es radicalmente distinta, aunque en realidad se encuentran también algunos temas florales. Aquí predominan los temas geométricos, a base de arcos, círculos y series de eses, en composiciones entrelazadas. Los motivos circulares responden a tradiciones locales hallstátticas, pero el diseño, a veces complicado, refleja el uso del compás, rasgo típicamente mediterráneo. Esta decoración aparece estampada sobre cerámica o incisa y grabada en recipientes de bronce, armas, broches de cinturón y alguna joya.

Falera (Musée de Saint-Germain-en-Laye). Esta pieza de bronce está finamente decorada con incrustaciones de coral. Procede de St. Jean-sur-Tourbe, Marne. El pueblo celta desarrolló una gran habilidad artística para el trabajo del metal y las piezas que han llegado hasta el presente así lo corroboran, pues muestran un alto grado de perfección.



En realidad, estos temas geométricos en la decoración cerámica aparecen también en las regiones más occidentales de Francia y las Islas Británicas, y los temas de "eses" son característicos también de cerámicas meseteñas y occidentales de la península Ibérica.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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