Fragmento de terracota
(Museo Israelí, Jeru-
salén).
Texto que narra las hazañas del héroe,
procedente
de Megiddo (Israel).
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La
Epopeya de Gilgamesh es una de las obras literarias más importantes de la
antigüedad, y sus ecos resuenan en la literatura posterior, desde la Biblia
hasta Homero. Gilgamesh fue el cuarto rey de Uruk hacia el año 2750 a.C. y es
el protagonista de esta epopeya, en la que se cuentan sus aventuras y la
búsqueda de la inmortalidad junto a su amigo Enkidu.
La historia de Gilgamesh está escrita en
doce tablillas halladas entre las ruinas de la biblioteca de Assurbanipal, en
Nínive. Se sabe que esta versión fue escrita por Shin-eqi-unninni, lo que le
convierte en el autor conocido más antiguo de la humanidad.
De las doce tablillas sobre Gilgamesh,
once conforman el poema, probablemente escrito hacia la primera mitad del II
milenio a.C.. y la última representa una narración de origen independiente, sobre
el mismo rey, más reciente que las anteriores, escrita hacia el final del 1
milenio a.C.
Gilgamesh es un rey que oprime a los
ciudadanos de Uruk, por lo que éstos claman ayuda a los dioses, quienes crean a
Enkidu para que luche contra Gilgamesh y le derrote. Pero el combate resulta
muy igualado, y ambos luchadores se hacen amigos y deciden hacer un largo viaje
en busca de gloria y aventuras, en el que aparecerán toda clase de animales
fantásticos y peligrosos. La narración concluye, tras innumerables vicisitudes,
con un final feliz, pues Gilgamesh, que ha visto morir a Endiku y ha conocido
toda clase de frustraciones y miedos, se dedica a trabajar, a su regreso, por
el bien de su pueblo.
Fuente:
Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat.
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