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El estilo de Owo

        Owo fue una importante ciudad yoruba que se fundó, según la tradición, a inicios del siglo XIII. Emplazada a medio camino entre Ifé y Benin, Owo se situaba en el único camino practicable entre las dos ciudades. Por lo tanto, la afluencia de viajeros marcó claramente la personalidad de este lugar, el cual se vio influido por ambas culturas, hecho que no pasa desapercibido en su arte.
Amuleto funerario igbo. Junto a los hallazgos arqueológicos de Ifé y Benln, los descubrimientos de los yacimientos de Ukwu de las antiguas colonias igbo revelan la existencia de una desarrollada civilización que conocía a la perfección todos los secretos de la escultura en bronce durante los siglos ix y X. Los refinados objetos hallados en estas tierras nigerianas confirman sus adelantos artesa- nales en este campo.

 
        A inicios del siglo XX, poco después del descubrimiento de los objetos artísticos owo, se creía que provenían de Benin por la similitud en sus formas. Sin embargo, la fuerte personalidad que transmitían hizo que en dos exposiciones organizadas en el Reino Unido -en 1949 y en 1951- se contemplara la posibilidad de que era un estilo diferente, si bien participaba de la tradición Ifé y Benin.

        En 1971 se llevaron a cabo unas excavaciones en el sitio llamado Igbo Laja, lugar en el cual, según la tradición, los owo se establecieron por primera vez. En las prospecciones se encontraron varias esculturas de terracota que demuestran la relación estilística existente con las otras dos culturas, pero que evidencian que el pueblo owo supo dotar a su arte de más vitalidad y energía. Se cree que, por la situación y tamaño de estas pequeñas esculturas, el lugar donde fueron depositadas estas piezas era un santuario, ya que algunas de ellas volvieron a ser utilizadas en generaciones posteriores al momento en que dejaron de realizarse.

        Gracias a las técnicas de datación de radiocarbono se ha establecido que estas estatuillas fueron realizadas durante la segunda mitad del siglo XV, siendo contemporáneas de las obras de las culturas Ifé y Benin, aunque algunos autores consideran estas últimas algo anteriores cronológicamente.

        Como ya se ha comentado, estas esculturas se caracterizan por su pequeño tamaño, así como por presentar claros rasgos negroides: rostro ovalado con los labios, párpados y nariz muy marcados.

Fragmento de escultura owo. La cultura owo de las regiones del Congo produjo una importante obra escultórica similar en realismo a las piezas halladas en las excavaciones de Ifé. Aunque generalmente se tratara de vasijas antropomorfas con cabezas femeninas con cuernos de carnero, se descubrieron otras muchas estatuas que se colocaban en los altares para el sacrificio, y a las que se adoraban como presagio de las buenas cosechas y como protección para los difuntos.

         Otra de las grandes producciones artísticas del estilo de Owo son los marfiles. Hasta la exposición de 1951, la cual supuso un hito en el conocimiento y atribución de piezas negroafricanas, se creía que las piezas talladas en marfil provenían de los pueblos yoruba o benin. Se analizaron con más profundidad, tanto a nivel técnico como iconográfico, y se descubrió que un cierto número de ellos contenían unos símbolos en común que no aparecían en las otras piezas conocidas. Este hecho levantó sospechas que los marfiles pertenecían a la cultura owo.

        Las piezas elefantinas están magníficamente talladas a cincel creando relieves muy interesantes y de excepcional belleza. Entre los temas más habituales se encuentra un misterioso pájaro con alas en forma de serpiente y cabeza humana. También algunas figuras humanas con las extremidades inferiores en forma de reptil (serpiente, cocodrilo, etc.) que se autosujetan las piernas recordando a las sirenas medievales. Otros motivos decorativos son las representaciones de siluros en posición muy similar a la de las figuras humanas.
Vaso de marfil Owo (British Museum, Londres). La escultura que ciñe este elabo-
rado recipiente tallado entre los siglos XVII y XVIII muestra una procesión del 
olowo, rey del pueblo yoruba. Estas escenas solían reunir un grupo de varias figu-
ras humanas unidas por una pitón y a veces también por un cocodrilo de enormes 
dimensiones. Estas representaciones invocaban habilidades sobrenaturales para el 
monarca extraídas de las propias fuerzas de la naturaleza, combinando en una mis-
ma imagen contrastes entre elementos acuáticos y terrestres, y divinos y humanos.

          Otro aspecto del estilo de Owo que se ha tenido en cuenta a partir de la exposición británica de 1951 son los bronces que, hasta entonces, se habían atribuido a la cultura Benin. Se trata de varias piezas procedentes del antiguo reino de Nupe, las cuales fueron denominadas "bronces Tsoede" en referencia al fundador mítico de esta cultura. Son figuras de tamaño considerable (aproximadamente un metro de altura), ricamente ornamentadas y muy bien trabajadas. Como en las piezas de terracota, presentan claros rasgos negroides e, incluso, algunas de ellas, están representadas con escarificaciones faciales. Estas piezas tienen una temática muy concreta y, habitualmente, figuran a guerreros o monarcas, con el aparejo propio de su estamento social.

Estatua del rey Tsoede. Esta representación
del antiguo monarca del pueblo yoruba mues-
tra muchas de las características del arte owo.
Según cuenta la tradición, la creación del pri-
mer reino Nupe de la Confederación Bini, en el
Estado de Nigeria, se debe a este legendario
rey que en 1530 consiguió unir todos los peque-
ños grupos étnicos de la región, formando una
enorme dinastía que sobreviviría hasta el siglo
XVIII. Durante generaciones, una de las princi-
pales fuentes económicas de esta región fue el
comercio de su exquisita artesanía en cerámica,
vidrio y metal, como pone de manifiesto el ela-
borado retrato de Tsoede, detalladísimo y muy
realista.

         El cambio de atribución de estas obras se debe a estudios recientes que han desvelado la presencia de una iconografía genuina y muy similar a los marfiles y piezas de arcilla comentadas anteriormente, consistentes en la existencia de ciertos motivos zoomorfos en determinados atributos de las figuras. Estos son aves con alas en forma de serpiente, cabezas de carneros y pájaros, figuras femeninas sujetándose las piernas como siluros, entre otros.

        Una vez estudiadas las piezas ha sido posible determinar que Owo, Ifé y Benin tuvieron sus propios estilos y técnicas, desarrollados de forma independiente, si bien es clara la influencia de los centros de Benin y de Ifé en el estilo de Owo. Cabe decir que tras la reasignación de piezas del curso bajo del río Níger, se ha considerado que Owo fue un centro artístico muy importante, equiparable al de otros lugares de la zona nigeriana, si bien es necesario realizar un estudio más profundo de las piezas para poder determinar con exactitud su pertenencia a esta cultura.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat


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