En
la región africana del bajo Níger, a mediados del siglo XX, se encontraron
fortuitamente varios objetos de bronce así como una cámara funeraria
perteneciente a quien se cree era un gran dirigente religioso de los igbo,
enterrado alrededor del año 1000. Este descubrimiento debe atribuirse a la familia Anozie y
por este motivo a los yacimientos se les puso el nombre de sus miembros
(lsaiah, Jonah y Richard).
La excavación del emplazamiento fue llevada a cabo por el arqueólogo Thurston Shaw quien, en este primer momento, desenterró los esqueletos de cinco individuos, que probablemente eran esclavos al servicio de su amo, cuyos restos se hallaron un metro por debajo. Acompañando los cuerpos se encontró una gran cantidad de objetos: artefactos de marfil y madera, fragmentos de tejidos, cuentas de cristal y coralina, cerámica, cuchillos y unos 25 utensilios de bronces y varios objetos metálicos para uso personal (brazaletes, abanico, etc.), confeccionados mediante la técnica de la cera perdida.
Para obtener la datación de todas estas
piezas, se utilizó la técnica del radiocarbono, resultando fechadas en torno al
año 900 d. C.; mucho antes de los bronces de Ifé y de las esculturas del
palacio del Oba, en Benin. Igualmente, las obras de Igbo Ukwu superan a las
anteriormente citadas en la calidad del metal utilizado para su confección.
Parece ser que el cobre empleado en Igbo contiene como mínimo de un 5% de
estaño; todo esto no hace sino demostrar el alto grado de refinamiento y
técnica de esta cultura a la hora de confeccionar sus obras.
Entre las piezas sacadas a la luz en
Igbo Richard, cabe destacar un objeto de bronce, representando un cráneo de
leopardo engarzado en una varilla metálica, probablemente de cobre. Este
elemento se halló junto a los restos del personaje principal enterrado en este
yacimiento, así como una estatua ecuestre de peculiar belleza.
El más importante de los objetos
hallados en el yacimiento Igbo Isaiah, es un recipiente de bronce, consistente
en un pie con decorado con motivos geométricos que sostiene un cuerpo en forma
de vasija ornamentada por ondas entrecruzadas. Toda la pieza está envuelta por
una red metálica que simula una cuerda. Se desconoce la funcionalidad exacta de
este objeto, si bien se han lanzado varias hipótesis al respecto. De todos
modos, parece evidente que no era para uso doméstico y tenía que tener una
función ritual.
En el yacimiento de Igbo Jonah, a parte
de numerosos objetos de hierro, cobre y terracota, sobresalen excelentes
utensilios cerámicos ornamentados con motivos geométricos y zoomorfos, cuya
funcionalidad era con toda probabilidad ritual.
Si tenemos en cuenta la naturaleza del
territorio del bajo Níger, sorprende la utilización de ciertos materiales
presentes en las obras, tales como la cornalina, el cristal y el cobre. En el
caso de los dos primeros, parecen proceder de la India, hecho que probaría la
existencia de un intercambio entre las dos regiones, así como de rutas
comerciales, ya en la
época. Por otra parte, se ha discutido mucho sobre la
procedencia del cobre usado para obtener el Ukwu. bronce con el que se
realizaron las piezas Igbo.
Debemos especificar que en aquel momento
se desconocía la existencia de depósitos de cobre en la región. Por
consiguiente, el material tuvo que ser importado desde otro lugar, como podría
ser las Montañas de Air (al norte de Igbo Ukwu), el Congo o las minas de Azelik
y Marandet, en el actual Níger. De la misma manera, se han hallado peque ños
depósitos de cobre cerca del poblado de Abakaliki.
Además del hecho de que el material
procediera básicamente del exterior, otro hecho que pone en duda la realización
de estas piezas por el pueblo Igbo Ukwu es el hecho de que no se han encontrado
restos de una manufactura de fundición de bronce en el mismo sitio. Al
respecto, se han barajado varias teorías que contemplan la posibilidad de que
los bronces fueran importaciones, trabajos locales realizados por artesanos
extranjeros o, simplemente, piezas locales sin relación alguna con la tipología
habitual en el área.
El descubrimiento de algunas piezas en
emplazamientas relativamente alejados de Igbo Ukwu (delta del Níger y las
inmediaciones del río Cross), ha puesto de manifiesto la enorme afinidad tanto
técnica como estilística a las piezas anteriormente descritas. Esto no ha hecho
más que añadir más interrogantes al misterioso origen de las obras de esta
cultura del bajo Níger. ¿Es probable que se exportaran bronces, o hubo un
taller itinerante conocedor del estilo, que viajó por la zona? La falta de
nuevos hallazgos arqueológicos y de una prueba fehaciente de la existencia de
una industria de fundición en la región no permiten, de momento, dar lma
respuesta definitiva a todas las dudas que los bronces de Igbo Ukwu plantean.
Fuente:
Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat
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