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Artistas de la A a la Z

Jean Puy (1876-1960)



Puy, Jean (Ruan, 8 de noviembre de 1876 – íd., 6 de marzo de 1960), fue un pintor fauvista francés. 

Estudió arquitectura en Lyon y pintura con Jean-Paul Laurens en la Academia Julián entre 1897 y 1898. Conoció a Henri Matisse, André Derain y otros artistas cuando se trasladó en 1899 a París a la Academia del pintor simbolista y litógrafo Eugène Carrière en 1899. Expuso su obra impresionista en 1901 en el Salon des Independants; después, como fauvista, exhibió en el Salon d'Automne en 1905.

Fuente: es.wikipedia.org

Obra comentada


Galería

Dos hermanas, 1902


Mujer en interior, 1903

La modelo de Jean Puy



El autor de este cuadro fue uno de los artistas que figuraba en el Salón de Otoño de 1905, sin que por ello se adhiriera completamente a la tendencia fauve. Esta obra, que data de 1928, denota gran preocupación por el dibujo y el volumen, a la vez que parece simbolizar la plenitud y la vitalidad, como si ilustrara una frase del propio Puy: "Pintar todo aquello que es capaz de sacudir la carne y el pensamiento a la vez".


(Musée des Beaux Arts et d'Archeologie, Besançon)

Josep Puig i Cadafalch (1867-1956)



Puig i Cadafalch, Josep (Mataró, 17 de octubre de 1867 - Barcelona, 23 de diciembre de 1956) fue un arquitecto español, considerado uno de los más importantes del modernismo catalán. Fue, además, historiador, matemático y político,​ ejerciendo como presidente de la Mancomunidad de Cataluña entre 1917 y 1924.

Biografía

Nacido el 17 de octubre de 1867 en la localidad barcelonesa de Mataró,​ estudió Arquitectura y ciencias exactas en Barcelona, y cuando terminó volvió a Mataró, donde asumió el cargo de arquitecto municipal teniendo solo veinticuatro años de edad. Permaneció en ese puesto durante cinco años, periodo en el que construyó también sus primeros edificios en Mataró.

Desde 1907 fue miembro del Instituto de Estudios Catalanes, donde desempeñó el cargo de vicepresidente.​ Posteriormente Puig fue nombrado catedrático en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, en las especialidades de hidráulica y de resistencia de materiales.

En agosto de 1917 asumió el cargo de Presidente de la Mancomunidad de Cataluña, en sustitución del fallecido Enric Prat de la Riba.​ Desde este puesto elaboró un ambicioso plan de enseñanza y cultura e impulsó las excavaciones arqueológicas de Ampurias. También hizo que se construyeran nuevas carreteras y que se desarrollase la agricultura.

Al igual que otros dirigentes catalanistas, Puig i Cadafalch apoyó en 1923 el golpe de Estado de Primo de Rivera.​ De hecho, una vez consumado este, fue una de las autoridades catalanas que acudió a la estación de ferrocarril a despedir al general Miguel Primo de Rivera cuando este se trasladó a Madrid para asumir la jefatura del gobierno.​ No obstante, en enero de 1924 sería destituido de su cargo por el nuevo régimen y sustituido por Alfonso Sala.

Puig fue discípulo de LluísDomènech i Montaner, y se le considera el último representante del modernismo y el primero del novecentismo. Según algunos expertos, su obra puede dividirse en estos tres periodos diferentes.

  • El primer periodo es modernista. El arquitecto utiliza como modelo la casa de campo de la aristocracia catalana, a la cual añade elementos de inspiración nórdica. A este periodo pertenecen edificios como la Casa Amatller, la Casa Martí y, en especial, la Casa de les Punxes o Casa Terradas. Todas estas obras fueron realizadas entre 1895 y 1905.

  • El segundo periodo se puede definir como de idealismo racional, una tendencia arquitectónica basada en los gustos de la nueva alta burguesía. Los edificios son diseñados con criterio más racional y práctico. Son representativas de este periodo la Casa Trinxet, la Casa Muntades y la Casa Company.

  • El tercer periodo es monumentalista, y se desarrolla paralelamente a la preparación y la celebración de la Exposición Internacional de Barcelona (1929), de la que Puig fue el arquitecto principal. En esta etapa creativa los edificios están inspirados en la arquitectura romana, que no obstante se combina con elementos típicos de Valencia y Andalucía. Las paredes son amarillas, y se utilizan numerosas columnas como elementos estructurales. De todo ello resulta un atractivo estilo neobarroco.

Puig mostró gran interés por la arquitectura estadounidense, y llegó a diseñar un edificio, la Casa Pich, inspirado en la obra del arquitecto estadounidense Louis Henry Sullivan. Además de su trabajo como arquitecto, realizó una importante labor como historiador especialista en arte y ecribió varios ensayos sobre la arquitectura románica y gótica en Cataluña, así como numerosos libros.

Tras el estallido de la Guerra Civil Española huyó del país para salvar su vida.​ Se exilió en París y dio clases magistrales sobre arquitectura e historia en numerosas universidades, lo que le valió el reconocimiento internacional. Puig recibió el título de doctor honoris causa por varias universidades, entre ellas la de París. Regresaría a España en 1942, donde se encontró con que el nuevo régimen político no le permitía ejercer de arquitecto, por lo que sólo pudo rehabilitar y restaurar edificios y monumentos históricos. También en 1942 fue nombrado presidente del Instituto de Estudios Catalanes, cargo que desempeñó hasta su muerte.

Falleció el 23 de diciembre de 1956 en su residencia de Barcelona, a la edad de ochenta y nueve años.

Praxíteles (Atenas, s. - IV)

 


Praxíteles (Atenas, s. - IV) Escultor griego.

Uno de los artistas más admirados de la Antigüedad. Sus temas favoritos fueron generalmente divinidades juveniles (Eros, Apolo, Afrodita, Artemisa, Hermes, etc.) y sátiros. Praxíteles dio a sus esculturas un ritmo nuevo, una curvatura especial, huyendo de la línea vertical y estática, que había encontrado su formulación más compleja y orgánica en el equilibrio de Policleto.

Entre sus primeras creaciones figuran el Sátiro escanciador (copia romana en Dresde) y los Eros (copia en el Louvre), rítmica y estilísticamente semejantes. Junto a estos tipos juveniles masculinos, esculpió también figuras de muchachas jóvenes, como Artemisa (copia en Dresde) y Afrodita Cnidia, o de Cnido, considerada como su obra maestra y de la que se conservan numerosas réplicas (Vaticano, Roma, Florencia, Louvre).

Obras ya de madurez son el Sátiro en reposo o Anapanómenos (Louvre), el Apolo Sauróctono (Vaticano, Roma, Louvre) y la Artemisa Brauronia, esculpida hacia -346 para la Acrópolis de Atenas. Praxíteles, junto con Scopas, introdujo en la escultura griega un nuevo expresionismo apasionado, a veces pintoresco, que alcanzaría un gran desarrollo en la época helenística.

Praxiteles, la plástica de lo sensual

 Sátiro en reposo de Praxíteles (Museo del Capitolio, Roma). Copia en mármol de un original del siglo IV a.C. atribuido a este autor, que introduce en el mundo de la belleza sensitiva, del ocio placentero. Su arte sigue al servicio de la fe, pero las divinidades del Olimpo praxitélico poco tienen que ver con los dioses tonantes, hinchados de majestad. Praxiteles los ve como hermosos jóvenes tranquilos: la mirada perdida en el ensueño, una vaga sonrisa vaga por sus labios mientras los dedos se complacen en un juego pueril. "Constatamos -dice Rodenwald- con un estremecimiento de alegría, que espiamos al dios, sin que él se dé cuenta, en la dulce paz de su existencia llena de felicidad." El precio que el artista hubo de pagar por esta sensación de beatitud no se escapa: una construcción escultórica sólida cuya dificultad escamotea una sutil y refinada calidad plástica.

Pero la revolución trascendental tenían que llevarla a la escuela de Atenas los grandes maestros de la segunda generación después de Fidias, sobre todo el hijo de Cefisodoto, llamado Praxiteles como su abuelo. Es el artista elegante y sensual. Prácticamente nada se sabe de su vida. Una leyenda habla de su amistad con la cortesana Friné, nacida en Tespis, ciudad destruida por la guerra en el 372 a.C., y de la que se tiene constancia de que era anciana en tiempo de Alejandro. La edad dorada de Friné, cuando su belleza se hallaría en la plenitud, que sería cuando la protegió el escultor de Atenas, debe suponerse, pues, entre los años 360 y 350 a.C. Se dice que Friné, para saber cuál era la estatua preferida por el maestro, tuvo que valerse de una estratagema. Una noche en que Praxiteles había ido a visitarla, hizo que uno de sus criados llegara súbitamente dando desaforadas voces de que el taller estaba ardiendo.

Al escultor se le escapó entonces la afirmación de que no sentiría aquella desgracia con tal que se salvasen el Fauno y la estatua del Amor, y la cortesana habría conseguido de su amante el regalo de estas dos obras preferidas. El Fauno estuvo colocado, en Atenas, en la Vía de los Trípodes, en donde pudo verlo todavía Plutarco; el Amor lo había regalado Friné a su patria, Tespis, que había sido reedificada, y adonde iban a admirarlo los intelectuales a la época romana hasta que Nerón acabó por trasladarlo a Roma.

 Dionisos y un sátiro de Praxíteles (Museo Arqueológico, Venecia). Reproducción en mármol del original griego del siglo IV a.C.




 Apolo Sauróctonos de Praxiteles (Museos Vaticanos, Roma). Réplica en mármol de una de las obras más conocidas de Praxiteles, datada hacia el año 350 a.C., que procede de la colección Borghese. La escultura representa a un joven Apolo en el acto de cazar un lagarto, de ahí su nombre.






















 Afrodita de Cnido de Praxiteles (Museos Vaticanos, Roma). En la cima de su gloria, Praxiteles esculpió esta obra, tan célebre que de ella se conocen hasta medio centenar de copias. Por primera vez en la historia de la gran escultura se nos revela la naturaleza de la diosa del amor que Praxiteles muestra sin velos: los senos plenamente desarrollados, amplias las caderas, las piernas torneadas y finamente articulados los tobillos. Todo en ella anuncia el amor. Pero en la noble cabeza no hay el menor atisbo de lubricidad: sólo un gran artista podía realizar ese milagro.

No se han reconocido con absoluta certeza estas dos obras a que se refiere la anécdota concerniente a Friné. Se ha supuesto que una copia del Amor, de Tespis, sea una bella estatua de adolescente alado, en el Vaticano, de la cual hay otras dos copias en Nápoles y Turín. Es un joven fino, de cabellera abundante y mirada soñadora; su cuerpo tiene las tiernas formas de todos los tipos praxitélicos. Otra pequeña estatua del Amor parece también del estilo propio del maestro de Atenas; es un bronce bellísimo, encontrado dentro de una nave griega naufragada en Madhia, en la costa de África, con todo su cargamento de estatuas y fragmentos de arquitectura.

   Respecto al Fauno de la Vía de los Trípodes, se han hecho varias conjeturas, pero ninguna satisfactoria. Puede comprenderse, sin embargo, cómo expresaba Praxiteles el indefinible atractivo de estas naturalezas semihumanas, porque de él queda otra estatua de Sátiro, muy conocida, la cual debió de ser famosísima en la antigüedad; baste decir que es la escultura más reproducida por los copistas romanos. Es un joven apoyado, en indolente postura, en un tronco, con los pies cruzados y un brazo que descansa en la cadera; todo en esta figura tiende a dar la impresión de sensual abandono. ¡Cuán lejos se está del Doríforo de Policleto, que en el siglo anterior se había tomado como modelo perfecto de la belleza humana! En el Sátiro de Praxiteles las formas son redondeadas; no se percibe un solo músculo acentuado en los brazos ni en las piernas; el torso tiene suavidad casi femenina; una piel de lince airosamente doblada cubre el pecho. Pero lo más interesante del Sátiro es la cabeza; hay en los ojos y en la boca una expresión apenas perceptible de animal en forma humana. Las orejas cabrunas se disimulan con la profusa cabellera, pero la mirada turbia denota cuál es la verdadera naturaleza del modelo, en el que la inteligencia parece haber sido sustituida por el instinto. Se pueden imaginar los movimientos de esta figura, si se pusiese en marcha: ligera, esbelta, avanzando a pequeños saltos.

Hermes y Dionisos de Praxíteles

 



Hallado en Olimpia, el grupo es el único original de Praxiteles que es posible admirar. Los retoques posteriores, que inducen a algunos especialistas a creer que se trata de una copia, no han alterado el grano original del mármol, aquella marmoris gloria, cuya insuperable perfección tanto alabaron los antiguos. Hermes, que conduce a Dionisos a las ninfas de Nisa, se detiene un instante en el camino para ofrecer a su medio hermano un racimo de uvas y el joven dios del vino trata de agarrarlo. Este juego anodino es el punto culminante de la composición, construida en arqueados movimientos ascendentes de modo que la atención recaiga sobre el rostro de Hermes. Pero el dios, entrecerrados. los ojos, casi borrado el párpado inferior, está ausente, ensimismado en sus propios pensamientos. 

Museo de Olimpia, Atenas

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Marsias rodeado por las Musas de Praxíteles

 

Gracias a una breve nota de Pausanias fueron identificados estos bajorrelieves, atribuidos a este artista y hallados en Mantinea por Fougères en 1887. Al parecer adornaban el zócalo de un pedestal sobre el que se alzaba una gran escultura del maestro y representan a Marsias tocando la flauta en compañía de las Musas. Envueltas en amplios mantos, las musas aparecen revestidas de una dignidad sabiamente arcaizante. Durante siglos los magníficos relieves sirvieron de lápidas en una iglesia cristiana.

Museo Nacional de Atenas

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Apolo Sauróctonos de Praxíteles

 

Réplica en mármol de una de las obras más conocidas de Praxíteles, datada hacia el año 350 a.C., que procede de la colección Borghese. La escultura representa a un joven Apolo en el acto de cazar un lagarto, de ahí su nombre.

Museos Vaticanos, Roma

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Cabeza de Eubuleos de Praxíteles

 


El culto a Eubuleos, el porquerizo que fue testigo casual del rapto de Deméter por Plutón, se celebraba tan sólo en los misterios de Eleusis. La escultura fue hallada en las ruinas del santuario y las copias romanas la atribuyen a Praxíteles, lo que parece confirmar que se trata de esta obra.

Museo Nacional de Atenas

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Sátiro en reposo de Praxíteles

 

Copia en mármol de un original del siglo IV a.C. atribuido a este autor, que introduce en el mundo de la belleza sensitiva, del ocio placentero. Su arte sigue al servicio de la fe, pero las divinidades del Olimpo praxitélico poco tienen que ver con los dioses tonantes, hinchados de majestad. Praxiteles los ve como hermosos jóvenes tranquilos: la mirada perdida en el ensueño, una vaga sonrisa vaga por sus labios mientras los dedos se complacen en un juego pueril. "Constatamos -dice Rodenwald- con un estremecimiento de alegría, que espiamos al dios, sin que él se dé cuenta, en la dulce paz de su existencia llena de felicidad." El precio que el artista hubo de pagar por esta sensación de beatitud no se escapa: una construcción escultórica sólida cuya dificultad escamotea una sutil y refinada calidad plástica.

Museo del Capitolio, Roma

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Pabellón central del Zwinger, de Matthaus Daniel Póppelmann, Dresde


Construido entre 1711 y 1722, este tipo de palacio a la francesa se fusiona con abigarramiento con la decoración escultórica de Balthasar Permoser. Nombrado director jefe de edificaciones reales por la Corte de Dresde, Póppelman está considerado uno de los arquitectos esenciales del rococó alemán. El conjunto conformado por el Kronentor, el Wallpavillon y la amplia galería de un solo piso que enlaza ambos pabellones servía de teatro de grandes dimensiones y cumplía una función ceremonial, dedicado a los torneos, las fiestas y las diversiones públicas. En la sección norte, que no se llegó a construir en vida del arquitecto, Gottfried Semper construyó un museo a mediados del siglo XIX, que ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los años. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat 

Pontormo (1494-1557)

 

Renacimiento. Cinquecento. Manierismo.

Pontormo, Jacopo Carrucci, llamado il (Pontormo, Empoli, 24 de mayo de 1494 - Florencia, 2 de enero de 1557) Pintor italiano.  Estudió junto a Leonardo y Piero di Cosimo, pero su verdadero maestro fue Andrea del Sarto, quien ejerció una gran influencia en su primera época. Después de la muerte de éste, Pontormo fue el pintor más famoso de Florencia; bajo la influencia de Miguel Ángel y Durero su última época se hizo más espiritual y anticlásica. Colaboró con Sarto y ranciabigio en los lunetas de un salón de la villa real de Poggio a Caiano (h. 1521) Entre 1522 y 1524 pintó, con destino al claustro de la cartuja de Val di Ema, cinco escenas de la Pasión, ayudado por Bronzino. En la iglesia de Santa Felicita pintó su obra maestra, El descendimiento de la cruz (1526), de admirable expresión lineal y gran transparencia cromática, y más tarde, en la Pieve di Carmignano, la VisitaciónLa Virgen con Santa Ana (Louvre) y el Martirio de San Mauricio (Galleria Pitti), de estilo más forzado y color más vivo. 

Se formó en los talleres de Leonardo y de Andrea del Sarto, y está considerado en la actualidad como uno de los manieristas más interesantes. Pintor inquieto y angustiado, realizó durante toda su vida una búsqueda de nuevas formas de expresión, lo que le condujo -a través de la pintura alemana, en particular la de Durero- a abandonar el clasicismo académico por una visión más rica en rasgos expresionistas. Estas características se pueden observar en la Visitación pintada en 1530, donde rivaliza con Miguel Ángel, pero del que se distingue por una dolorosa introspección, una profunda melancolía y un cromatismo y una luminosidad absolutamente nuevos y originales.

En los últimos años de Pontormo, cada vez se hace más importante la influencia de Miguel Ángel. Por desgracia, sus obras de este último período son escasas (Sagrada Familia, retratos de la familia Médicis, etc.), pues los grandes ciclos de pinturas murales que realizó, han sido destruidos. Cuando murió estaba pintando en el presbiterio de San Lorenzo, de Florencia, los frescos que narraban los orígenes de la humanidad, el Diluvio, la Resurrección y el Juicio Final. Estas obras, en las que al parecer impresionaba su sentido enigmático de soledad, desesperación y muerte, fueron destruidas en el siglo XVIII porque desagradaba su tono melancólico. En los mismos momentos en que Pontormo, neurótico y angustiado, era rechazado por los poderosos de su tiempo, Bronzino era aclamado como el pintor estimado de la aristocracia florentina.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Galería
Episodio de la vida en el hospital, 1514

María con Cristo Niño y santos, 1514

Punto al Arte