Van Loo, Jean-Baptiste (14
de enero de 1684 - 19 de diciembre de 1745), pintor francés.
Biografía
Nació en Aix-en-Provence, en el
seno de una familia de artistas de origen holandés. Junto a su padre,
Louis-Abraham van Loo, realizó sus primeros trabajos destinados principalmente
a la decoración pictórica de templos provenzales.
Su valía fue reconocida muy
pronto por el Príncipe de Carignan, quien le envió a Roma para que avanzara en
sus estudios artísticos de la mano de Benedetto Luti. En Italia realizaría
grandes obras, como los frescos de Santa María de Monticelli, o cuadros para la
corte del Duque de Saboya en Turín. Después marcharía a París, donde fue
elegido miembro de la "Académie Royale de Peinture et de Sculpture".
En la capital francesa ejecutaría varios lienzos para retablos y sería el
encargado de restaurar las obras de Francesco Primaticcio en Fontainebleau.
En 1737 marcha a Inglaterra,
donde Jean-Baptiste desarrolla definitivamente y con gran éxito su faceta de
retratista. Su repentina vuelta a París por motivos de salud en 1742, truncó su
trayectoria como pintor de la aristocracia inglesa, falleciendo en 1745.
Tres de sus hijos continuaron el
oficio paterno con éxito, Louis-Michel van Loo (1707-1771), Charles-Amédée-Philippe
van Loo (1719-1795) y François van Loo (1708–1732). Otra de sus discípulas
sería Françoise Duparc, pintora de origen hispano-francés que lo tuvo como
maestro durante su etapa inglesa.
Obra realizada en 1948 por este polifacético artista -pintor, escultor, escritor- que fue uno de los fundadores del grupo surrealista. Su obra es variada, multiforme, caracterizada por un inacabable afán de invención que le llevó tanto a descubrir objetos y a unirlos en extrañas composiciones totémicas como a modelar grandes divinidades de un raro sabor arcaico. (Museo Nacional de Arte Moderno, París). Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
También llamado Charing Cross Bridge fue realizado en 1906. Aquí el color produce violentos contrastes, pero parece seguir ciertas leyes de armonía, ya que los planos de color se escalonan del verde intenso hasta el verde grisáceo del fondo. La pintura se ha aplicado desde luego con rapidez y agresividad, directamente tal y como sale del tubo, como si el ansia de adaptar la forma al color lo dominase todo. Sin embargo, existe cierta estructuración geométrica. (Musée d'Orsay, París)
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