Punto al Arte: La situación a partir de 1930

La situación a partir de 1930

El desarrollo de la arquitectura a partir de 1930 se vio en gran parte marcado por la preocupación de exploraciones en el campo de la tecnología moderna. Hans Schmidt y Mart Stam ya habían pedido una dictadura de la máquina. Muy a menudo la relación entre la estética de la arquitectura y la de la máquina se mantenía puramente en términos de metáfora.

Hacia 1930, los arquitectos empezaron a valerse de valores humanos más intensos para expresar la arquitectura y trataron de humanizar el esquema abstracto. Frank Lloyd Wright se convirtió de nuevo en el exponente del clima del período.

Los conceptos europeos habían cambiado también. Los edificios de Erich Mendelsohn y Alvar Aalto representaban la oposición contra los modelos rígidos del pensamiento racionalista. Incluso Mies van der Rohe se identificaría con esta nueva manera arquitectónica.

Ayuntamiento de Saynatsalo de Alvar Aalto. El autor fue uno de los primeros arquitectos modernos que surgió en Escandinavia y Finlandia. La obra en la madurez de Aalto es muestra de un funcionalismo expresionista. "La arquitectura debe tener encanto. Es un factor de belleza en la sociedad. Pero la belleza real no es una concepción de la forma que puede ser enseñada, es el resultado de la armonía entre varios factores intrínsecos descuidando en lo mínimo lo social", dijo el autor. 

La tendencia dominante después de 1930 no fue solamente la búsqueda de una solución humana y orgánica así como la adaptación de los resultados arquitectónicos a los objetivos más amplios de la realidad social, sino que además se invocaron bases más complejas para cada edificio, considerándolo en el contexto de la ciudad y del entorno natural. Clarence Stein trató de continuar la tradición del movimiento de la ciudad-jardín inglesa y de revitalizarla en América. Ralph Borsodi propugnó el nuevo concepto generalizado de un estilo de vida agrícola, que Wright adaptó en sus visiones de la ciudad y del campo en su Broadacre City en 1934.

La naturaleza y las condiciones regionales se convirtieron en una parte decisiva del urbanismo. Los ejemplos más espectaculares son las vastas edificaciones de presas en América (programa del valle del Tennessee), en Rusia (presa del Ural, en las inmediaciones de Magnitogorsk, de 1931) y en África (presa de Beni-Badhel en Argelia, de 1935-1940, realizada por Eugene Freyssinet). El cambio que representaba realzar los materiales naturales tales como la madera, piedra y ladrillo, ha de ser destacado tanto como las nuevas tareas o temas constructivos del tipo de escuelas al aire libre, solariums, centros sanitarios, estadios deportivos, sanatorios y casas con terrazas. El objetivo común básico era la revalorización de la naturaleza y de lo orgánico de modo que no ha de sorprender que el renacimiento del arte del jardín tenga lugar precisamente en estos años (Burle-Marx en Brasil, Barragan en México, Aalto en Finlandia). Todas estas tendencias no han de verse como un rechazo de la tecnología, sino que, por el contrario, la estandarización se desarrolló mucho más, pero desde luego integrándose en un sistema de exigencias irracionales. Siegfrid Giedion escribía sobre la" combinación de la estandarización con la irracionalidad de modo que la estandarización ya no sea el amo sino el siervo".

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Punto al Arte