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Los embajadores


En Los embajadores, Hans Holbein, el Joven, retrata a los diplomáticos Jean Dinteville y Georges de Selve. La obra la debió de pintar en 1533, según nota que aparece abajo, a la izquierda, en la parte del pavimento que queda en sombra: “IOANNES HOLBEIN PIN-GEBAT 1533”.

Ambas figuras aparecen de pie y en tamaño natural. A la izquierda, el noble francés Jean de Dinteville (1504-1555), aparece condecorado con la orden de San Miguel. La vaina de la daga que sostiene con la mano lleva la inscripción “AET. SVAE. 29”, quizás muestra los años que tenía cuando lo retrató Holbein, veintinueve. Dinteville fue cinco veces a Inglaterra en calidad de embajador siendo su permanencia más larga en Londres la del año 1533.

El personaje retratado a su lado es Georges de Selve (1508-1541), cuyo brazo derecho está apoyado sobre un libro en el que también figura su edad. Puede leerse: “AE-TATIS SVAE. 25”. Georges de Selve fue nombrado obispo de Lavour en 1526 y la fecha de realización del cuadro coincide, con la visita a su amigo Dinteville.

Anteriormente a la identificación exacta, por Hervey, de los retratados, se pensaba que los respectivos personajes eran el poeta de la corte Thomas Wyatt y su amigo el anticuario John Leland. Incluso después se creyó que representaban al duque Otón Enrique y a Felipe el Valeroso.

El pintor holandés nos presenta a los retratados acompañados de diversos elementos, colocados en los dos muebles, que nos proporcionan información sobre cada uno. Así, ya no sólo nos dice la edad de los notables personajes, sino que también, por medio del globo que hay en la segunda mesa, nos da el lugar donde Jean Dinteville poseía un castillo, Polisy. Asimismo, en la mesa cubierta por un tapete, decorado con cenefas y otros motivos que recuerdan a las alfombras turcas, aparecen instrumentos matemáticos y físicos, compases, un reloj solar, un calendario cilindrico, etc., numerosos accesorios que corresponderían a las particulares facetas de interés de ambas personas.

Los dos libros abiertos situados en la mesita corresponden a obras impresas bastante difundidas en la época. La de la izquierda sería la Kaufmans-Rechnung, de Peter Apain, editada en Ingolstadt en 1527, mientras que la de la derecha sería el Geystliches Gesang-büchlein, de Johan Walther, editada en Wittenberg en 1524.

Los personajes están colocados en un espacio perspectivo, delimitado por un verdoso cortinaje y un pavimento taraceado, copia bastante fiel del suelo de la Abadía de Westminster, realizado a comienzos del siglo XIV. A sus pies, en primer término, aparece la curiosa representación de un cráneo distorsionado que se extiende en diagonal cuestionando toda la espacialidad del cuadro. Probablemente, la calavera posea una función moralizadora, un recuerdo de la condición mortal de los seres humanos. Por tanto, la pintura se convierte en una auténtica vanitas.

Pero hay la presencia de otras alusiones a la muerte, como el broche del gorro de Dinteville que se presenta en forma de calavera. A la muerte como término de toda armonía alude también el laúd, una de cuyas cuerdas está rota, aspecto que ha sido interpretado por algunos como referencia política, es decir, la ruptura de un hilo que destruye un tejido diplomático.

El famoso retrato doble de Holbein, un óleo sobre tabla de 206 x 209,5 cm, fue adquirido, en 1890, por la National Gallery de Londres.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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