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Artistas de la A a la Z

Renacimiento

Fase extremadamente brillante y renovadora por la que atravesaron la cultura, el arte y las letras europeas de 1450 a 1570 aproximadamente.

Históricamente, el Renacimiento se originó en la era de los descubrimientos geográficos y las conquistas ultramarinas, el desmembramiento de la cristiandad y el desarrollo de los nacionalismos, la introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura. Paralelamente a la revolución operada en el mundo de las ideas, surgió a principios del s. xv un renacimiento artístico en Italia (Renascita) de empuje extraordinario. El artista tomó conciencia de individuo con valor y personalidad propios, se vio atraído por el saber y comenzó a estudiar anatomía, técnica del claroscuro, leyes de perspectiva, los modelos de la Antigüedad clásica, etc. Leonardo da Vinci, personalidad eminentemente renacentista, dominó distintas ramas del saber. Es curioso que mientras surgía en Florencia el Quattrocento o primer Renacimiento italiano (s. XV) gracias a la búsqueda de las bases científicas del arte, se produjera un fenómeno parecido y simultáneo en Flandes (especialmente en pintura), basado sólo en la observación directa de la vida y la naturaleza. Este bajo Renacimiento tuvo gran repercusión en la Europa oriental (el Kremlin fue obra de artistas italianos). La segunda fase del Renacimiento, o Cinquecento (s. XVI), se caracterizó por la hegemonía de Roma, y hasta el saco de la ciudad en 1527 los papas decidieron en el mundo del arte (Julio 11, León X, Clemente Vil); con las guerras de Italia los artistas emigraron y propagaron los principios renacentistas por toda la Europa occidental. Durante la segunda mitad del s. XVI se inició ya la decadencia del Renacimiento, que cayó en un rígido formalismo, y tras el manierismo dejó paso al barroco.


Gentile Bellini inició un estilo típicamente veneciano de pintura narrativa, en el que ha sido llamado el “estilo presencial”. Prueba de ello es su cuadro la Procesión en la Plaza de San Marcos (Processione in Piazza San Marco) perteneciente a un ciclo de tres obras que realizó, junto con otros artistas, para la Scuola Grande de San Giovanni Evangelista.

Arquitectura

Desde un principio tuvo carácter profano, y, lógicamente, surgió en una ciudad en donde el gótico apenas había penetrado, Florencia; en la Europa de las grandes catedrales, se implantó con dificultades. Se caracterizó por el empleo de proporciones modulares, superposición de órdenes, empleo de cúpulas e introducción del orden colosal. En el Quattrocento fue frecuente recurrir a columnas y pilastras adosadas, a los capiteles clásicos (con preferencia el corintio, aunque sustituyendo los caulículos por figuras fantásticas o de animales), los fustes lisos y el arco de medio punto, a la bóveda de cañón y de arista, así como a cubiertas de madera con casetones. Lo que fundamentalmente distingue la arquitectura del Quattrocento de la del alto Renacimiento (o Cinquecento) es la decoración menuda (putti, guirnaldas de flores y frutos, grutescos, etc.), el alargamiento de la Glosario 239 cúpula (catedral de Florencia, de Brunelleschi) y las fachadas de piedra tosca (Palacio Medici-Ricardi, de Michelozzo) o con los sillares en realce (Palacio Rucellai, de B. Rosellino, proyecto de Alberti). La arquitectura del Cinquecento tuvo como centro Roma: en 1506 Bramante terminaba su célebre proyecto para la basílica de San Pedro del Vaticano. Los palacios se adornaron de valiosos bajorrelieves (Palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de San Micheli) o de esculturas exentas (biblioteca de San Marcos, 1537-50, Venecia, obra de Sansovino). Al comenzar la decadencia de la arquitectura del Cinquecento (Villa Medici, Roma, obra de Lippi; basílica de Vicenza, obra de Palladio) aparecen las primeras manifestaciones del barroco en Roma: en el Palacio del Senado, en el que Miguel Ángel se valió del orden colosal, y en la iglesia del Gesu, obra de Vignola, que sería modelo de la iglesia barroca jesuítica. En España la influencia de la arquitectura renacentista italiana se dejó sentir a principios del s. XVI y dio origen al estilo llamado plateresco, de grandes analogías con el lombardo del Quattrocento (Lorenzo Vázquez, Alonso de Covarrubias), pero en el último tercio de este siglo triunfó la reacción contra la exuberancia de la decoración plateresca, es decir, el estilo herreriano.

Escultura

Se basó en la tradición de la Antigüedad, especialmente en la del período helénico, pero renovándola, exaltando el individuo, la belleza del cuerpo humano mediante los nuevos conocimientos anatómicos. Al igual que la arquitectura, la escultura renacentista nació en Florencia y manifestó igual tendencia profana. Buscó la expresividad y la perfección formal y dio muestras de gran penetración psicológica (San Juan Bautista, de Donatello). El bajorrelieve dio la obra maestra del género con las puertas del baptisterio de Florencia, en las que Ghiberti supo valerse de las leyes de perspectiva y logró una sensación de profundidad por primera vez. El Cinquecento estuvo dominado por el genio de Miguel Ángel y su magistral técnica del desnudo. En España, tras una primera época de obras realizadas por artistas italianos o importadas de Italia (especialmente de los talleres genoveses), los escultores españoles supieron imprimir en sus obras valores netamente nacionales (Bartolomé Ordóñez, Alonso de Berruguete, Juan de JuniDamián Forment).

Pintura

No sólo en Italia, sino también en Flandes y Alemania, manifestó notable auge, en especial en la pintura de caballete. En Italia la pintura del Quattrocento se caracterizó por la pureza de dibujo (Ghirlandaio, Verrochio) y el sfumato (Leonardo), la elegancia (Botticelli) y el equilibrio de la composición (Mantegna y Perugino). Con el Cinquecento los centros pasaron a ser Roma y Venecia; la pintura de la primera ciudad sorprende por la grandiosidad (Rafael), y la de la segunda por el dominio del color y la luz (Tiziano, T intoretto) y en ocasiones por su decorativismo (VeroneseCorreggio, Andrea del Sarta). En Flandes se cultivó en especial el retrato de gran profundidad psicológica (Q Metsys), el paisaje (Patenier), los interiores y la pintura religiosa (Van Eyck, Th. Bouts), así como la realidad vulgar de la vida diaria (Brueghel); cabe considerar a Hieronymus Bosch como el último representante de la Edad Media y el avanzado precursor del surrealismo. En Alemania los artistas pasaron por un período de inquietud, y ello se refleja en las obras de Durero, Grünewald y Lucas Cranach. En España hay que mencionar los nombres de Pedro BerrugueteYáñez de la Almedina, Fernando Llanos, Juan de JuanesSánchez Coello y El Greco.

Artes menores

Los centros cerámicos de mayor relieve fueron Urbino y Faenza, pero las piezas de mayor originalidad se debieron al francés Palissy. En orfebrería destacó en primer lugar Benvenuto Cellini.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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