Durante la primera década del
siglo XX, Munich se estaba convirtiendo en un centro artístico notable. Esta
ciudad, que era entonces uno de los núcleos creadores del modernismo, en la que
desarrollaban sus actividades los "impresionistas" alemanes, cuya
figura más brillante era Corinth, atraía a artistas jóvenes extranjeros, como
los rusos Kandinsky, Jawlensky y Gabo, y el suizo Klee, e irradiaba un espíritu
más filosófico que París. Fue en Munich donde se publicaron, en 1908 y 1912,
las dos obras teóricas de Worringer a las que se ha hecho referencia, y, el
mismo 1912, en Munich, apareció el libro de Kandinsky Über das Geistige in der Kunst (Sobre lo espiritual en el
arte") en el que, por primera vez, se proclamó y justificó como fenómeno
contemporáneo un "arte de necesidad interna", abstracto.
El movimiento Der Blaue Reiter ("El jinete
azul"), fundado a fines de 1911 en tomo a Kandinsky, puede ser considerado
como la segunda ola expresionista y como una reacción contra el cubismo al que,
pese a reconocer su valor renovador, se oponía por su fondo racionalista (y,
por tanto, realista). Kandinsky y los artistas agrupados en torno suyo se
orientaban, al contrario, hacia una pintura de contenido espiritualista que
tendía a la abstracción.
Kandinsky y sus amigos, también llamado Después del té II de Gabriele Münter (Ahlers Corporation Collection). Realizado en 1911, en las obras de esta pintora alemana se observan figuras negras muy simples y fuertes que exaltan los colores claros y sordos de sus composiciones. Pese a su vinculación con Kandinsky, no hay una gran influencia de éste en su estilo. Participó en la génesis del movimiento expresionista Der Blaue Reiter.
Caballo azul de Franz Marc (Lenbachhaus, Munich). Pintado en 1906 por el más naturalista de los miembros del grupo Der 8laue Reiter, hace evidente su interés por el animal (caballos y corzos) que ya manifestaba en sus primeros esbozos. Esta obra es la consolidación de su estilo, de intenso y atormentado colorismo, y con gran rigor compositivo. Junto Kandinsky, Jawlensky y Gabriele Münter, entre otros, fundó el grupo Der 8laue Reiter.
Kandinsky y sus amigos, también llamado Después del té II de Gabriele Münter (Ahlers Corporation Collection). Realizado en 1911, en las obras de esta pintora alemana se observan figuras negras muy simples y fuertes que exaltan los colores claros y sordos de sus composiciones. Pese a su vinculación con Kandinsky, no hay una gran influencia de éste en su estilo. Participó en la génesis del movimiento expresionista Der Blaue Reiter.
Caballo azul de Franz Marc (Lenbachhaus, Munich). Pintado en 1906 por el más naturalista de los miembros del grupo Der 8laue Reiter, hace evidente su interés por el animal (caballos y corzos) que ya manifestaba en sus primeros esbozos. Esta obra es la consolidación de su estilo, de intenso y atormentado colorismo, y con gran rigor compositivo. Junto Kandinsky, Jawlensky y Gabriele Münter, entre otros, fundó el grupo Der 8laue Reiter.
Der Blaue Reiter no era un grupo sólidamente organizado como Die
Brücke, sino un grupo de artistas excelentemente dotados que defendían la
libertad de experimentación y de creación y se agruparon para dar a conocer sus
obras. No tenían un programa común ni ningún deseo de reformadores sociales o
políticos. Kandinsky, nacido en Rusia y llegado a Munich en 1896, había viajado
mucho por Europa y era el mayor de los miembros del grupo. En 1909 había
fundado la "Nueva Asociación de Artistas" para oponerse a las
condiciones de exposición de obras artísticas en Munich, pero decidió abandonar
esta Asociación en 1911, cuando estableció estrecha amistad con dos pintores
jóvenes, Franz Marc y August Macke, que se sintieron rápidamente identificados
con él. En la primera exposición de Der
Blaue Reiter (enero de 1912) figuraban cuadros de los tres y además de Gabriele Münter y Alfred Kubin. En la segunda exposición del grupo (marzo de
1912) se les unió Paul Klee. Dos meses más tarde se publicó el célebre
almanaque que dio nombre al grupo. Se trataba de un conjunto de ensayos,
reproducciones de obras de los miembros del grupo, y fotografías de arte
medieval alemán, arte japonés, africano y arte popular ruso y bávaro, que
permite hacerse una idea precisa del pensamiento de los miembros del grupo. El
nombre de Der Blaue Reiter fue
elegido según contó años más tarde Kandinsky porque a Marc le gustaban mucho
los jinetes y a él el color azul, pero parece ser que en 1903, por tanto mucho
antes de conocer a Marc, Kandinsky ya había pintado un cuadro con este título.
Caballos rojos de Franz Marc (Busch-Reisinger Museum, Cambridge). Der Blaue Reiter fue un grupo de artistas que no tenían un programa común, y que defendían la experimentación, agrupados para dar a conocer sus obras. Marc, en 1911, que es la fecha de esta obra, emprendió la serie de pinturas de animales que han sido desde entonces la piedra angular de su reputación, y eligió a los caballos como eje central, convirtiéndose en los auténticos protagonistas de sus composiciones.
El almanaque publicado en mayo de
1912 contenía un importante estudio de Kandinsky titulado "Sobre el
problema de la forma", un ensayo del musico Arnold Schoenberg sobre música
contemporánea, partituras de Schoenberg, Alban Berg y Antón Webern, y artículos
cortos de Marc, Macke y otros. La importancia de la música en esa publicación
revela la influencia de Kandinsky, que toda su vida sintió gran interés por
ella, siendo él mismo compositor de pequeñas piezas. Nada tiene ello de extraño
si tenemos en cuenta que Kandinsky tenía ya 45 años y una mente universal que
presidió todas las actividades de la agrupación. Marc tenía entonces 31 años y
aparecía como su más próximo discípulo. Macke acababa de cumplir los 24 y era
el más joven del grupo. En el almanaque, Marc había escrito "tratamos de volver
por otro camino a las imágenes abstractas y misteriosas de la vida interior,
que está regida por leyes distintas de las que la ciencia descubre en la
naturaleza". Desgraciadamente, Marc y Macke murieron jóvenes en la I
Guerra Mundial y no pudieron completar su desarrollo. Münter y Kubin nunca
dieron obras de gran importancia. Kandinsky y Klee, en cambio, como se verá en
seguida, se convirtieron en dos de las personalidades más importantes del arte
del siglo XX.
Dama vestida de verde de August Macke (Wallraf Richard Museum, Colonia). Pintada en 1913, en ella parece expresar la alegre felicidad de una vida tranquila. Si sus figuras recuerdan las de Seurat, por su esbeltez, el color manifiesta la clara influencia de Franz Marc, en su ritmo y sensualidad. Pero Macke no atribuye a los colores consideraciones metafísicas, sólo los utiliza para expresar sus ideas y sus propias sensaciones.
Franz Marc (18801916) había
nacido en Munich, hijo de un pintor, y murió en las trincheras frente a Verdún.
En 1903 tuvo la revelación del color al ver las obras de los impresionistas
durante un viaje a París. La relación con París fue constante y ejerció una
influencia decisiva en su evolución (en especial, Delaunay, al que conoció
personalmente). Desde niño se había sentido inclinado por los estudios
filosóficos y teológicos, y esto determinó en él una tendencia al misticismo,
que se acentuó a partir de su viaje al Monte Athos en 1906. Sólo pintaba
animales, pero no para estudiar sus características anatómicas o formales, sino
porque sus movimientos espontáneos le revelaban una naturalidad originaria o
primordial que el hombre ha perdido. En el almanaque de 1912 escribía: "Crear
formas significa vivir. ¿No son los niños, que construyen directamente con los
secretos de sus emociones, más creadores que los imitadores de la forma griega?
¿No son los artistas salvajes, que poseen su propia forma, fuertes como la
forma del rayo?" Sus Caballos azules
y sus Caballos rojos, pintados en
1911, reflejan la importancia que el simbolismo del color tenía para él. Una
importancia aún más apasionada que la que sentía Kandinsky. El mismo Marc
escribía a Macke en diciembre de 1910: "El azul es el principio masculino, severo y espiritual. El
amarillo es el principio femenino,
delicado, suave y sensual. El rojo es la materia, la realidad dura y brutal, el color que tiene que entrar en conflicto
con los otros dos y sucumbir ante ellos". Partiendo de estas ideas, era
lógico que la pintura de Marc hubiese desembocado en un arte abstracto si su
vida no hubiese sido interrumpida tan trágicamente. Su último cuadro,
inacabado, Formas en lucha (Museo de
Munich) parece que debía ser ya una obra totalmente abstracta.
Sombrerería, de August Macke (Folkwang Museum, Essen) En 1907 el autor tomó contacto con la vanguardia plástica francesa en París, captando los mensajes estéticos del impresionismo, fauvismo y cubismo. Pintado en 1914, sus figuras recuerdan a las de Seurat, aunque nunca estén tratadas con técnica puntillista. La agresividad del color nunca raya en la estridencia, y la expresión de los temas en su última época es serena, siendo el ocio y el callejeo en los escaparates temas cotidianos.
August Macke (18871914) había
estudiado en Dusseldorf, y diferentes visitas a París, realizadas entre 1907 y
1912, lo pusieron al corriente de la vanguardia francesa. Apreciaba el cubismo,
pero consideraba que era un paso atrás, un retorno al orden clásico. Conoció a
Delaunay, junto con Marc, y su influencia se nota en las gradaciones de color
de los cuadros que pintó inmediatamente antes del principio de guerra. Sus
temas favoritos (figuras en parques, niños jugando y damas elegantes
contemplando escaparates de tiendas de modas) tienen un lirismo y una
brillantez de color que hacen pensar en las tablas góticas de la escuela de
Colonia. Se ha dicho de él que parece como si las figuras de santos de los
retablos de Stefan Lochner hubiesen sido despojadas de su carácter sagrado y
actualizadas para vivir en nuestro mundo contemporáneo. Es difícil calcular
hasta dónde hubieran llegado las brillantísimas promesas de la obra de Macke si
no hubiera muerto en el frente de Francia en los primeros meses de la guerra de
1914. Tenía entonces 26 años.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.