A finales del siglo XIX, el
creciente prestigio de las nuevas escuelas había empezado a atraer a París a
los artistas extranjeros, iniciando un proceso que se acelerará a principios
del XX. Todos ellos se agrupan, podría decirse que se aglutinan, en dos
barrios: Montmartre y Montparnasse. En Montmartre la mayoría se instalan en un
extraño edificio llamado le Bateau-Lavoir, en el que Picasso mostró a algunos
amigos Las Señoritas de Aviñón. En Montparnasse se encuentran en los cafés del
cruce rué Vavin-boulevard Raspan (el "Dame", la "Rotonde"
la "Coupole") o a la hora de comer en el modesto restaurante de
Rosalie; los más pobres viven en una extraña construcción circular llamada la
Ruche, reconstruida cerca de los mataderos de Vaugirard con elementos
procedentes de la Exposición Internacional de 1900.
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Jovencita de azul, Chaïm Soutine, (Mu- seo de
Israel, Jerusalén). Los retratos
de este pintor francés
de origen ruso pare- cen una cruel caricatura. |
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat