Holbein siempre estuvo en deuda con la familia del burgomaestre Jacob Meyer, su mecenas y protector, a quien plasmó junto a su mujer y sus hijos adorando a la Virgen y al Niño Jesús en este retablo que se exhibe actualmente en el Palacio Ducal de Darmstadt. Este excelente retratista desarrolló un lenguaje pictórico muy personal y característico, elevando el encuentro del representado con la mirada del observador en enfáticos diálogos de una inmediatez asombrosa, como si el espectador estuviese integrado en la escena como un personaje más.
(Hessisches Landesmuseum, Darmstadt).
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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