Canaletto realizó varias pinturas
con la imagen de La plaza de San Marcos
(Piazza San Marco), de Venecia, hoy
una de ellas se conserva en la National Gallery de Londres.
Giovanni Antonio Canal, más
conocido como Canaletto, se convirtió en el mayor especialista de las vedute, vistas de la ciudad, una forma
de pintar relativamente nueva y rara para la época. Será quien
mejor plasme la Venecia grandiosa y monumental del siglo XVIII.
Sus vistas se convertirán en
imágenes para el recuerdo de espectadores que visitaban una ciudad de ensueño.
Con sus innumerables vistas urbanas satisfacía el mercado turístico, aunque su
mirada no sólo se dirigió a la Venecia más turística, sino a otros lugares, zonas
donde difícilmente podían adentrarse los viajeros que acudían a la ciudad. Sus
principales clientes eran básicamente los aristócratas ingleses, para quienes
sus cuadros eran magníficos souvenirs
de la ciudad de los canales.
Para la realización de sus pinturas,
se valió de su conocimiento del mundo de la escenografía, pues empezó desde muy
joven como diseñador de teatro con su padre. Estos estudios le permitieron
recrear unos verdaderos escenarios teatrales al aire libre, valiéndose a su vez
del dominio de la
perspectiva. Las plazas que contemplamos en sus obras parecen
ser un escenario en que tiene lugar la acción. El ámbito de la plaza nos hace pensar en
un gran teatro donde suceden multitud de acontecimientos, donde tienen cabida
todas las figuras y construcciones posibles.
El pintor veneciano llena de
realismo sus trabajos. Todos los detalles, ya sean motivos arquitectónicos o
los mismos edificios, son traspasados, sin ningún tipo de invención al lienzo,
siendo reconocibles a la primera mirada.
A través de las diferentes vistas
de la plaza más importante de Venecia, se observa a un artista interesado más
por los aspectos cotidianos, el estado de ánimo de la ciudad, su luz y
atmósfera, aspectos que supo expresar con gran elegancia.
Son vistas reales, panoramas, en
las que la unidad de lo diverso se consigue mediante perspectivas amplias y la
utilización de juegos lumínicos por medio de fuertes contrastes de luz y
sombra.
Es cierto que en el siglo xv
Bellini, había pintado el mismo lugar, pero al contrario que Canaletto no
trataba de glorificar a la ciudad, sino el acontecimiento sagrado que en ella
se desarrollaba, esto es al Milagro de la Cruz. Anteriormente
otros artistas habían pintado la misma escena, pero en estos casos no se puede
hablar de una voluntad especial por retratar rincones de la ciudad y a sus
habitantes, son más alusiones, que vistas de la propia ciudad.
El género de las vistas urbanas
alcanzó con el maestro un gran desarrollo y popularidad, aunque ya se había
iniciado en el siglo XVII, concretamente Heinz, fue el primero de los pintores
de vistas. De igual forma, las obras del pintor nórdico Caspar Adriansz Van
Wittel, más conocido en su momento como Vanvitelli,
constituyen un precedente importante.
El magnífico efecto escénico de
la vista de la plaza hacia el este, con un cuidadoso estudio de la perspectiva
y detallismo, puede observarse en el óleo sobre lienzo, de 56,4 X 38 cm de la National Gallery
de Londres fechado en el 1760.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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