Gris obvia entrar en detallismos para representar exclusivamente
la esencia de los objetos del bodegón, en su mínima expresión. Pese a la
deformidad de algunos elementos, como el violín o la jarra de vidrio, éstos son
del todo reconocibles para el espectador. El color dado a la pieza de fruta del
primer término retrotrae inevitablemente a Cézanne.
(Tate Gallery, Londres).
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.