Titulada
así por un marchante. De hecho, es una de las obras más famosas de este pintor
y escultor suizo, y de las más importantes para él, que la denominó “Pintura
para soñar”. Es una obra plenamente simbolista que data de 1880, y de la cual
existen varias versiones posteriores. No describe la naturaleza tal como los
ojos la ven, sino que elabora a partir de ella las impresiones recibidas por el
artista creando un mundo nuevo, que es, en suma, un rechazo de la realidad.
(Kunstmuseum, Basilea)
Fuente: Historia del arte. Editorial Salvat.
Fuente: Historia del arte. Editorial Salvat.