No sabemos qué nos depara la vida en "Vendedor de Globos", así que simplemente desnudos, en vuelo entre miedos, esperanzas y deseos alimentamos el sueño y su conexión con el mundo interior. Abrir -desde estas alturas vertiginosas- al alma, el único lugar primitivo en el que todos estamos, indiferenciados para cerrar la brecha entre paisaje mental y paisaje natural, entre construcción y sensación. Un contrapunto, más que un contraste real, entre la textura blanca del cielo y el negro de las limaduras de hierro de los globos que lo delimitan ... algo que enriquece la imagen y al mismo tiempo quita toda función naturalista.
Fuente: https://www.wikiart.org/
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