Retrato en el que Madrazo expresa toda la
belleza, gracia y distinción de la aristocracia madrileña con que el autor se complacía
en oponerse al mundo de gitanos, tratantes, capeas y coros de mendigos, cuya
autenticidad tan bien expresaron otros románticos españoles.
(Museo del Prado, Madrid)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat.
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