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Artistas de la A a la Z

Oskar Kokoschka y los últimos años del expresionismo en Austria

Autorretrato (Von der Heydt Museum, Wupper-

tal), pintado en 1917 por Oskar Kokoschka, 

uno de los expresionistas que exploró más pro-

fundamente las pasiones humanas a lo largo de

su vasta obra. Los colores violentos, los rasgos 
que rayan en la caricatura se ponen siempre al 
servicio de una obra figurativa, que nunca sintió
tentaciones de pasar a la abstracción ni de aden-
trarse por distintos caminos. 
Austria seguía la evolución alemana con retraso. Y la lenta descomposición del imperio de los Habsburgo no aparecía el principio de una sociedad nueva. Esta es quizá la razón profunda del carácter angustiado de la pintura y de las ideas anarquizantes de Oskar Kokoschka. Cuando vio obras de Van Gogh, en 1906, empezó a pintar en Viena una serie de retratos en los que se refleja el desequilibrio emocional e intelectual del artista. Paralelamente a la investigación de Freud, que tenía lugar precisamente en Viena y en aquellos años, Kokoschka plasmaba en la tela símbolos psicológicos o psicoanalíticos que trataban de reconstruir un mundo sereno por encima de la disgregación. En 1909 se estrenaron dos piezas de teatro suyas: la comedia satírica Sphinx und Strohmann ("La esfinge y el espantapájaros") y Morder, Hoffnung der Frauen ("Asesinato, esperanza de mujeres"), un drama salvaje que produjo un escándalo tal que Kokoschka se vio obligado a marchar de Viena.

Oskar Kokoschka, nacido a orillas del Danubio en 1886, fue un visionario que, con la fusión de los colores (grises y azules simbólicos, con manchas de rojo y amarillo), soñaba con los ojos abiertos en vez de cerrarlos para fantasear. El mismo lo formuló así en una conferencia suya de 1912: "Todas las cosas se liberaron de sí mismas inmediatamente, desde el momento que se ofrecieron a mi mirada. Entonces me convierto en una visión, que se presenta sin la mediación del sueño".

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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