La columna rota es una pintura en la que Frida Kahlo alude al terrible accidente de autobús que sufrió cuando tenía tan sólo 17 años. Como consecuencia se rompió la columna vertebral.
Las secuelas del grave percance
se prolongaron durante toda su vida y, por este motivo, es frecuente ver en sus
obras elementos que aluden a la tortura física a la que la artista se vio
sometida. Ella misma decía como "Desde que el accidente me desvió del
camino ya emprendido y me privó de muchas cosas, no me ha sido posible
satisfacer los deseos considerados como normales por el mundo. Nada se me hizo
más natural que pintarlos ( ... ) mis cuadros constituyen ( ... ) la expresión
más franca de mí misma sin tomar en
cuenta ni los juicios ni los prejuicios de nadie".
En 1944, Frida redujo las horas
que pasaba dando clases debido al constante deterioro de su salud. El dolor de
su columna y del pie aumentó considerablemente. El doctor Alejandro Zimbrón le
mandó reposo absoluto e hizo fabricar un corsé de acero para aminorar el
sufrimiento por un tiempo.
"Cada día estoy peor (...)
al principio me costó mucho trabajo acostumbrarme (...) pero no puedes
imaginarte cómo me sentía de mal antes de ponerme este aparato. Ya no podría
materialmente trabajar, pues me cansaba de todos los movimientos por
insignificantes que fueran. Mejoré un poco con el corsé, pero ahora vuelvo a
sentirme igual de mal y estoy ya muy desesperada, pues veo que nada mejora la
condición de la espina dorsal", escribía el 24 de junio del mismo año al
doctor Eloesser desde la
cama. En ese año, llevaba ya cinco meses con el aparato, la
espina le dolía demasiado para sentarse en una silla.
Este empeoramiento de su salud y
la obligación de llevar corsé hizo que en La
columna rota se autorretratase tal y como se veía. Frida aparece erguida,
en el centro del cuadro, desnuda, de pie, de frente. Situada en mitad de una
llanura agrietada, mira llena de dolor.
Como la mayoría de sus pinturas
está cargada de un intenso dramatismo, pero aquí, a diferencia de otros cuadros
suyos, muestra su herida como si fuese una mártir cristiana al aparecer con las
caderas envueltas de una tela blanca que de alguna manera sugiere el paño de
Cristo.
Una columna jónica con diversas
fracturas simboliza su columna vertebral herida, que divide su cuerpo en dos.
Frida está llorando, lo que simboliza su padecimiento constante.
Asimismo, la rasgadura de su
cuerpo, acribillado de clavos que representan el suplicio de su vida, pues se
sometió a treinta y dos operaciones, y la imagen de un paisaje desolador,
enfatizan aún más el dolor y la soledad de la artista mexicana.
Al igual que en su pintura La venadita, de 1946, otro autorretrato
en el que se presenta con el cuerpo de un joven venado, en La columna rota también utiliza metáforas sencillas para demostrar
su sufrimiento. Es una escena fantástica y al mismo tiempo llena de un dolor
intenso.
Pero el cuadro también puede
señalar el sufrimiento psicológico. De hecho, el padecimiento físico y psíquico
estaba muy relacionado tanto en la vida como en el arte de Frida Kahlo. En
realidad, a partir del divorcio con Diego Rivera, y probablemente desde antes,
las enfermedades que contrajo correspondían la mayoría de las veces a períodos
de trauma emocional. Quizás, estos problemas de salud eran el motivo para
retener a Diego o convencerlo de que regresase con ella.
Este óleo sobre masonita, de
colores vivos y brillantes, mide 40 x 30,5 cm y pertenece a la Fundación Dolores Olmedo
Patiño, de México, D. F.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.