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Resurgimiento de las culturas regionales

Hacia el siglo IX comienza la expansión tiahuanacoide y después de tres siglos de conquista hay un debilitamiento. Huari es parcialmente abandonada y las culturas regionales recobran su independencia, creándose estados que muestran una fase urbana avanzada. En el Norte, cerca de lo que fue el imperio moche, nace el reino chimu; sobre el río Jequetepeque, también sobre la costa, está la cultura de Lambayeque, típica por su orfebrería; en la sierra, la cultura de Cajamarca y hacia el Noroeste, en la zona tropical, los restos de Abíseo, en la región de Pajatén. Estas ruinas, descubiertas hace relativamente poco tiempo, asombran por su originalidad; en ellas hay plataformas circulares sobre cuyos muros de piedra cortada se han dispuesto figuras humanas, cóndores y cenefas decorativas. En el centro de la zona andina está Chancay, representativa por sus textiles y cerámica antropomorfa. En la costa sur, donde florecieron los nazcas, nace la cultura de lea. En el altiplano boliviano, el "reino colla" o cultura de Chullpas. Algunos de estos estados regionales son pequeños y anárquicos, otros, como el estado chimu, son grandes imperios, aunque a mediados del siglo XV todos por igual caen abatidos por los incas.

Esculturas de San Agustín (Huila, Colombia). Hay más de trescientas estatuas monolíticas repartidas por todo el parque arqueológico que representan dioses, reyes, guerreros y personajes ilustres cuyas figuras han sufrido una estilización animalizada, como se muestra en este retrato de ojos desmesurados y colmillos de jaguar. 

Guerrero con lanza (San Agustín, Huila). Entre las más de trescientas esculturas de piedra halladas en los yacimientos de San Agustín, las más representadas son las figuras humanas en postura sedente y frontal sujetando entre sus manos una lanza puntiaguda. Las cabezas suelen ser desproporcionadamente más grandes que el cuerpo y más trabajadas en cuanto a detalle y precisión. 

Deidad con calavera (San Agustín, Huila). Estatua monolítica situada en la cámara funeraria de la Mesita B del parque arqueológico de San Agustín. Mirando al frente con un expresivo rostro de jaguar, sostiene una calavera con cuernos y dobla los pies hacia dentro. Algunas otras representaciones tiene entre las manos cuerpos de bebé, hachas sacrificiales o un instrumento musical. Muchas de estas estatuas conservan vestigios de su decoración polícroma. 


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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