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Los estilos “decorados” y “perpendicular”

Una nueva modalidad del gótico inglés que se caracteriza por su pureza de líneas y por la aplicación, en las bóvedas de sus naves, de ricas combinaciones de arcos terceletes, apareció poco después del primer cuarto del siglo XIV. Se le ha denominado gótico decorado (Decorated Style), a causa de aquella última característica.

El exorno propio del gótico decorado se refleja también en los ventanales con ricas tracerías en su parte superior, tanto en los que se abren en la pared del fondo como en las grandes ventanas laterales con vidrieras que hay en muchas iglesias de aquella época. El coro de la abadía de Tewkesbury, con sus ricas formas estrelladas y la bóveda de la antigua catedral de Gloucester que se remozó al instalarse en ella, hacia 1330, el sepulcro del rey Eduardo III, son ejemplos típicos de tal etapa. Esta última catedral, en su famoso claustro decorado entre 1370 y 1400 con un nuevo estilo de adornos curvilíneos, presenta ya las cualidades que caracterizarán el llamado gótico perpendicular, variante que corresponde, cronológicamente, a aquella etapa que en la arquitectura gótica continental se ha denominado en gran parte de los países europeos estilo flamígero o florido. El gótico perpendicular, al prolongarse, dio origen en Inglaterra al llamado estilo Tudor, que se desarrolló durante el siglo XVI.

Sala Capitular de la catedral de Wells. Templo construido hacia 1 300. De planta octogonal, su bóveda se apoya sobre el pilar central, cuyas nerviaciones se esparcen en el espacio como las ho¡as de una palmera. Es un ejemplo típico de "gótico decorado".  

Lo que distingue exteriormente el gótico perpendicular es la multiplicidad de facetas limitadas por líneas verticales que se extienden sistemáticamente por las fachadas. Estas se organizan en series de estrechos paneles cuadrangulares cuya sequedad lineal vienen a atenuar las cenefas horizontales que traban y unifican aquel sistema de repetidos recuadros. En los ventanales sucede lo mismo: los parteluces divisorios del ventanal se prolongan hasta las caladuras que hay en lo alto de su ojiva, subdividiendo así verticalmente toda la extensión del hueco.

Las bóvedas típicas de ese gótico inglés final son las bóvedas de abanico, que establecen evidente contraste con el riguroso verticalismo que domina en los exteriores de los edificios. Sus líneas curvas enlazadas parten de “trompas” nervadas, angulares o laterales, que suelen combinarse con las tracerías en las paredes.

⇦ Exterior, vasto desde el sur de la catedral de Gloucester, cuya típica decoración de "estilo perpendicular" es el resultado de la remodelación a que fue sometida la vieja mole de piedra románica poco después de 1370. Fue entonces cuando se levantó la torre cuadrada que corona el crucero y se dibujaron las tracerías del gran ventanal del transepto, que arroja torrentes de luz del mediodía sobre el famoso coro de este templo, donde está enterrado el rey Eduardo III. 



El claustro de la catedral de Gloucester es uno de los primeros ejemplos de esa estética, que está representada también en la bóveda del coro de la catedral de York (entre 1361 y 1408) y en el techo de la gran sala de Ricardo II en el antiguo palacio de Westminster (1397). Pero el ejemplo más elegante, a pesar de su fecha tardía, es la techumbre de la capilla del King’s College de Cambridge, bien visible gracias a la abundante luz que recibe su interior por el enorme ventanal situado en el fondo. Esta capilla fue iniciada por Reginald Ely y completada por John Wastell en 1513. En cuanto a los exteriores, el estilo perpendicular ofrece su más plena representación en el de la capilla de Enrique VII de la abadía de Westminster. En él triunfa el típico linearismo, recubriendo incluso los altos contrafuertes prismáticos (con arbotantes), que, rematando en capuchones góticos con botones floridos, se funden con los paños de los muros que forman facetas y se hallan revestidos de aquella misma ornamentación gótica regular y minuciosa. No menos significativo es el riquísimo techo calado de piedra labrada, en el interior de esta misma capilla, realizada durante el primer cuarto del siglo XVI. Igual exuberancia caracteriza algunos techos de madera tallada, como los de la parte antigua del palacio de Hampton Court que se hizo construir el cardenal Wolsey, y que datan ya del reinado de Enrique VIII.

Fachada de la abadía de Westminster, en Londres. La abadía fue iniciada a mediados del siglo XIII por iniciativa del rey Enrique 111 y según un proyecto del arquitecto Henry de Reynes. Como era acostumbrado en las catedrales góticas. las obras avanzaron de este a oeste, alcanzando la fachada en el siglo XIV, aunque los remates de las torres ya son obra neogótica. Concluida la estructura básica del edificio, se amplió con edificaciones anexas. la más importante de las cuales es la capilla funeraria de Enrique VII, erigida a principios del siglo XVI en estilo gótico perpendicular. 



Claustro de la catedral de Gloucester. El detalle de las "bóvedas de abanico", las propias del estilo gótico inglés final, realza su gran complejidad de la elaboración del cruzamiento de sus numerosos nervios, en contraste con los ventanales, algo más sencillos. 

⇦ Muro de la nave central de la catedral de Lincoln. Dibujo anterior a la adopción del estilo perpendicular que luego se adoptó en esta construcción del siglo XIII. Eel muro aparece dividido en tres cuerpos, siendo el central el más estrecho.    



El estilo perpendicular está bien representado también en castillos de aquella época, como los de Warwick y de Herstmonceux.

Del último tiempo de las formas góticas son muchos edificios civiles que se conservan todavía en Inglaterra, casas comunales y, sobre todo, de las corporaciones o gremios, que más tarde habían de adquirir tanta riqueza. Tenían éstas su hall o sala de reuniones que, generalmente, está cubierta por armaduras decoradas, de madera, y una pequeña capilla con bóveda de abanico. Son también góticos muchos colegios universitarios de Oxford y Cambridge, que llegan a adquirir dimensiones exorbitantes, con la disposición de los servicios alrededor de un patio, donde hay un pozo decorativo. A un lado se halla la capilla, y en ella el panteón de los maestros más ilustres que ha tenido el colegio; en el fondo del patio hay una construcción que sirve de biblioteca, y al otro lado, los edificios para habitación de los colegiales y el hall, que sirve de comedor y también para las solemnidades públicas.

⇨ Muro del presbiterio de la catedral de Gloucester. En esta ilustración se aprecian las características básicas del "estilo perpendicular", en el evidente linealismo y, en la parte superior, el juego de lacerías de los ventanales. 



Este tipo de colleges o residencias académicas para estudiantes se encuentra no sólo en Oxford y Cambridge: Winchester College fue construido a fines del siglo XIV por Guillermo de Wykeham, y Eton College, por Enrique VI en 1422.

La casa señorial inglesa gótica tenía el centro de su vida familiar y social en el hall, esto es, la”sala”. Otras estancias se distribuían por el edificio, y las mujeres tenían, para su uso exclusivo, el hower, o camarín.

En cuanto a la pintura inglesa del período gótico, bien poco hay que comentar. Son escasísimos los restos de pinturas murales que se han descubierto en las iglesias, y de sus fragmentos se deduce la analogía de aquel arte con el de la miniatura de libros, el cual, aunque influido por el estilo gótico de los miniaturistas franceses, fue de evidente originalidad. La pintura sobre tabla es aún más escasa que la parietal, y pocas obras notables, de temas devotos o de retrato, se han conservado. El famoso Díptico Wilton, que representa a Ricardo II, acompañado de santos, adorando a la Virgen y el Niño (Galería Nacional de Londres) es la obra más famosa de finales del siglo XIV, pero ahora es considerada de autor francés.

⇦ Exterior de la capilla del King's College, de Cambridge. En esta imagen se observa la búsqueda de la verticalidad que definirá el "estilo perpendicular", pues toda la capilla parece elevarse hacia el cielo. Asimismo, destaca el gran ventanal situado sobre la puerta principal, que permite que la luminosidad del interior componga una atmósfera de misticismo.  



Mucho más importante es la escultura sepulcral de la que se han preservado numerosas muestras. Sus estatuas yacentes denotan una elegante captación de los tipos, y algunas son obras de gran categoría, como la metálica, de Eduardo el Príncipe Negro, con adornos de esmalte, de hacia 1380, en la abadía de Canterbury. Una numerosa representación de relieves y estatuas labradas en alabastro se ha conservado, en cambio, gracias a la exportación que de tales obras de temas religiosos se hizo desde mediados del siglo XIV y en el siglo XV. Los fabricaban los alabastarmen de Nottingham y muestran inventiva, habilidad y un sentido extraordinariamente vivaz de la composición.

Interior de la capilla del King's College, de Cambridge. Se trata del mejor ejemplo de gótico perpendicular. Fue terminada en 1513 por John Wastell y es una muestra de hasta qué punto combinan en una proporc1ón exquisita las tracerfas verticales de las ventanas con las curvas y los conos mvertidos de la "bóveda de abanico". 

Crucero de la catedral de Wells. Originalísimos arcos en forma de X curvilínea, construidos en 1338 para sostener la gran torre que se eleva sobre la intersección de la nave central con el transepto. Sus grandes molduras dominan el espacio con su potente belleza dinámica y rechazan desdeñosamente todo añadido escultórico.   

En el bordado gótico, Inglaterra logró un gran prestigio, y famosos son los recamados y bordados del llamado opus Anglicum (como se le designó en el latín de los inventarios europeos de la época), que adornan buen número de preciadas capas pluviales y otros ropajes lujosos que se conservan en algunos de los principales museos.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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